Con 535 acciones migratorias en sus primeros tres años de gestión, la administración de Joe Biden ya supera las 472 medidas migratorias emprendidas en los cuatro años del mandato de Donald Trump. Crédito: Especial

Cd. de México (04 febrero 2024)

A pesar de que el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha promovido acciones para ordenar los flujos migratorios y desincentivar los cruces ilegales por la frontera, su Administración es acusada de inacción e incluso presionada por políticos demócratas debido a los récords de personas que buscan establecerse en aquel país, advierte un estudio del Instituto de Política Migratoria (MPI, por sus siglas en inglés), con sede en Washington.

Al tomar 535 acciones migratorias en sus primeros tres años de gestión, la Administración de Joe Biden ya supera las 472 medidas migratorias emprendidas en los cuatro años del mandato del Presidente Donald Trump, indica el estudio.

Sin embargo, el texto advierte que la migración legal está regresando a los niveles previos a la pandemia de Covid-19 y, en algunos casos, superándolos, como son las admisiones de refugiados que se encaminan a alcanzar los niveles máximos de la década de 1990.

El texto, titulado "Biden: La presidencia más activa en migración, sumida en una narrativa de crisis fronteriza" fue elaborado por Muzaffar Chishti, Kathleen Bush-Joseph y Colleen Putzel-Kavanaugh, miembros de este centro especializado en migración, que preside Andrew Selee.

"Se ha adoptado un nuevo proceso fronterizo que busca desalentar las llegadas irregulares; se han extendido protecciones humanitarias temporales a cientos de miles de migrantes; y las prioridades de aplicación de la ley se han centrado en categorías más reducidas de inmigrantes no autorizados.

"Sin embargo, la crisis fronteriza que enfrenta la Administración Biden ha provocado que se acuse de inacción a la presidencia más activa, hasta el momento, en materia de migración, al punto de que la Cámara de Representantes inició este mes un proceso de juicio político contra el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas", destaca el estudio.

El análisis indica que la frontera sur de Estados Unidos ha sido testigo de un récord de al menos 6.3 millones de "encuentros" de migrantes desde que Biden asumió el cargo en enero de 2021, según datos de la Oficina de Estadísticas de Seguridad Nacional, lo que ha dado como resultado que se haya permitido la entrada a más de 2.4 millones de migrantes.

La mayoría de estas personas se encuentran en procedimientos de deportación activos en los tribunales de migración, en los que pueden solicitar asilo como defensa contra la expulsión.

"Algunos de los compañeros demócratas de Biden han comenzado a abogar por un control fronterizo más estricto, agregando una nueva dimensión a la política de inmigración en un año de elecciones presidenciales, en el que el tema seguramente será decisivo entre los dos partidos políticos (demócrata y republicano).

"El ritmo acelerado de las acciones ejecutivas tomadas por la administración actual y la anterior es, en parte, una respuesta a la continua inacción en el Congreso, que no ha aprobado una reforma migratoria importante en casi tres décadas", destaca el análisis.

Las 535 acciones ejecutivas de la administración Biden hasta el 17 de enero, según calcula el Instituto de Política Migratoria, se emitieron en uno de los periodos migratorios más turbulentos dentro del hemisferio occidental y, de hecho, a nivel mundial en la historia reciente.

El análisis establece que para responder a los "encuentros" récord de migrantes en el año fiscal 2022, que se superaron el año siguiente, la Administración Biden cambió su política sobre control fronterizo y combinó estrategias para incentivar las llegadas a los puertos de entrada, restringir el acceso al asilo para desincentivar las llegadas a los cruces fronterizos oficiales y establecer nuevas vías temporales para algunos grupos de naciones.

No obstante, el desafío persiste y en tan solo un día, el 19 de diciembre de 2023, un récord de 12 mil migrantes llegaron a la frontera entre Estados Unidos y México sin autorización para ingresar.

Un nuevo enfoque

El reporte del Instituto de Política Migratoria considera que hasta ahora los resultados de estos cambios administrativos han sido mixtos. Por un lado, el uso de la aplicación CBP One para los solicitantes de asilo ha aumentado el número de migrantes procesados en los puertos de entrada, cuatro veces más que en 2019.

Por otro, las llegadas irregulares siguen siendo elevadas y es un inmenso desafío para el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), a pesar del enorme traslado de recursos y personal a la frontera.

"Ante instalaciones de procesamiento fronterizas abrumadas, una creciente diversidad de nacionalidades que complica una rápida expulsión y más familias, las autoridades han liberado a muchos migrantes en el país para que se sometan a procedimientos de expulsión en los tribunales de migración.

En el año fiscal 2023, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas expulsó a 143 mil migrantes, casi el doble que en el año fiscal 2022 (72 mil), pero aún muy por debajo de las 234 mil expulsiones anuales promedio durante el mandato de Trump y las 344 mil expulsiones anuales promedio bajo el Presidente Barack Obama.

"Los retornos a México pueden explicar parte de este fuerte repunte, dada la aceptación por parte del país de hasta 30 mil cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos por mes.

La capacidad de detención del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas aumentó después del fin de los protocolos Covid-19, con un promedio de detención diaria que aumentó de 23 mil en el año fiscal 2022 a 28 mil en el año fiscal 2023.

Aun así, las realidades cambiantes y los recursos finitos han puesto a prueba las operaciones. En el año fiscal 2023, había 6.2 millones de casos en el expediente de Servicio de Migración de migrantes no detenidos, frente a 4.8 millones en el año fiscal 2022", indica el reporte.

El texto del Instituto de Política Migratoria establece que debido a que la mayoría de los migrantes salen de la frontera después de su liberación, los estados y localidades del interior han comenzado a sentir el impacto fiscal de las altas llegadas de migrantes.

En ciudades como Nueva York, Chicago y Denver, los alcaldes y gobernadores del propio partido de Biden apoyan cada vez más controles fronterizos más estrictos y critican la falta de coordinación y reembolso federales.

El análisis también indica que en respuesta a la migración récord, la administración Biden ha confiado en los países socios de América Latina y el Caribe para frenar el movimiento y aceptar el regreso de sus ciudadanos.

El Departamento de Estado negoció con países de la región abrir Oficinas de Movilidad Segura, diseñadas para proporcionar vías de migración legales a un número limitado de migrantes elegibles, lo que desalienta los viajes peligrosos y las llegadas de fronteras irregulares.

"La Administración Biden asumió funciones con un plan de migración activista y ambicioso. Al trazar una fuerte distinción con la agenda de migración restrictiva característica de la administración Trump, el equipo de Biden había creado la expectativa de una política de migración más acogedora, que incluyera menos restricciones fronterizas generales.

Si bien la administración ha tenido un éxito considerable en brindar protección a cientos de miles de migrantes que ya se encuentran en el país y en devolver a Estados Unidos a sus niveles anteriores de admisiones legales (incluidos los refugiados reasentados), su capacidad para manejar los crecientes desafíos fronterizos se ha visto duramente puesta a prueba.

"En el fondo se vislumbran las elecciones presidenciales de este año, probablemente una revancha de las de 2020, en las que la inmigración volverá a desempeñar un papel enorme.

La administración Biden ha luchado por llamar la atención sobre sus importantes éxitos en materia de inmigración, en lugar de lidiar con las presiones siempre presentes en la frontera.

Pero cambiar la narrativa nacional puede ser el desafío más difícil de enfrentar", resume el análisis.