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¿Qué haces con una lavadora, una estufa o una impresora vieja que ya no tiene reparación? ¿Se les puede dar un segundo uso? ¿O terminarán en un basurero, contaminando el ambiente junto con millones de toneladas de desechos?

Lo ideal sería que todos los productos que usa el ser humano estuvieran diseñados para durar muchos años, para que se les pueda dar más de un uso y para que todos sus componentes puedan ser utilizados de nuevo y que nada se vaya a la basura.

Eso es lo que busca la economía circular, un concepto que cada vez se escucha más cuando se habla de sustentabilidad y del cuidado de la Tierra.

"La economía circular es un modelo económico que está enfocado en minimizar la generación de residuos y también maximizar el uso de los recursos", señala la ingeniera ambiental Melissa Chavana, creadora de "sinCarbono", herramienta para medir huella de carbono en empresas.

Actualmente, explica, la sociedad sigue usando un modelo llamado economía lineal.

Consiste en extraer materiales del ambiente, fabricar productos, comprarlos, utilizarlos y luego desecharlos, lo cual no es sostenible.

"Estos hábitos de consumo implican que, así como se están consumiendo recursos (naturales), en la misma velocidad se está generando mucha basura", dice Chavana.

Además, para fabricar productos se utiliza mucha energía, la cual proviene, por lo regular, de la quema de combustibles que contamina el planeta.

La economía circular, dice, es un modelo que busca alargar la disponibilidad de los recursos naturales para las futuras generaciones e implica modificar la manera que opera la industria, así como los hábitos de consumo de la sociedad.

Cada vez son más empresas y personas que se están uniendo, pues los beneficios son para todos.

"Si seguimos como estamos, sí sabemos cuál es el resultado", apunta Rocío Gómez Tagle, profesora de Negocios en el Departamento de Responsabilidad, Economía y Finanzas de la UDEM.

"El planeta nos lo vamos a acabar".

EL CÍRCULO VERDE

Existen diferentes modelos que explican la economía circular, pero la base siempre es la misma: alargar la vida de los recursos y disminuir la generación de residuos.

O, leído de otra manera, un sistema que, de acuerdo con especialistas, se compone de cuatro "R": reducir, reutilizar, reparar y reciclar.

- Diseño inteligente

Todo comienza desde que se diseña un producto a fabricar, pues para crearlo se extraen recursos de la naturaleza.

Lo ideal es que cada artículo se diseñe pensando en que tenga una larga vida útil, que pueda ser reparado, que se le pueda dar más de un uso y que todos los materiales de los componentes puedan volver a ser utilizados para reducir los residuos.

"Cuando se diseña un producto o un servicio, tenemos que diseñarlo pensando en cómo va a ser todo el ciclo de vida", apunta Gómez Tagle.

"Que al finalizar la vida de ese producto, tenga ya diseñado cuál va a ser el siguiente ciclo de su vida".

En ocasiones, destaca, un producto construido a partir de otro llega a tener más valor.

- Fabricar con conciencia

A la hora de fabricar un producto, se deben implementar estrategias para disminuir los desperdicios y que las mermas puedan volver a utilizarse.

"Se generan muchos desperdicios en cada etapa de los procesos de producción, entonces, esos desperdicios o esos remanentes que no continúan a la siguiente etapa del proceso de producción, debemos buscarles un nuevo uso", explica Gómez Tagle.

Esto reduce el impacto ambiental y es de beneficio para la empresa, pues pueden evitar los gastos que implica la contratación de un servicio de gestión de residuos.

"Le sirve al planeta, porque no se están generando residuos", detalla Chavana, "y la empresa está ahorrando porque no tiene que gestionar lo que no generó, y la empresa ahorra cuando no tiene pérdidas".

- Viaje ecológico

Una gran parte del impacto ambiental es ocasionada por el transporte de materiales para fabricar productos, pues genera emisiones contaminantes.

"Muchos componentes de un iPhone", ejemplifica Chavana, "se producen en China y luego se mandan a Estados Unidos para que ahí se ensamblen y luego de distribuyen a los diferentes países donde se van a vender".

Esta etapa, añade, toma en cuenta la manera en que se empaquetan los productos, ya que se pueden diseñar empaques que ahorran espacio y materiales.

"Para que el flete sea mucho más eficiente se puedan mandar muchos más productos en un mismo camión y, por ende, el impacto ambiental disminuya".

- Larga vida

Aún es común que muchos productos sean diseñados con obsolescencia programada, lo cual significa que rápido dejan de ser funcionales.

"El enfoque o diseño de circularidad considera que esta obsolescencia programada no debería formar parte", dice Chavana.

Ahora, ejemplifica, los celulares pueden extender su tiempo de vida porque su memoria se puede incrementar a través de las nubes digitales. Y en Europa están trabajando para que exista una entrada de carga universal para todos los teléfonos móviles, y así no se tengan que desechar.

La reparación o remanufacturación de los productos forma parte de esta etapa, pues eso permite alargar aún más la vida útil de un producto.

- Segunda oportunidad

Cuando llega el fin de la vida útil de un producto, ¿qué se hace con él?

La economía circular propone que los componentes de un artículo puedan volver a utilizarse para otros productos, para que no se generen residuos.

"Un celular", ejemplifica Chavana, "en dado caso que ya no sirva, se puede desarmar y hay ciertas partes que se pueden separar en vidrio, plástico".

Una de las herramientas de la economía circular es el reciclaje, indica Gómez Tagle, aunque no es la solución.

Lo recomendado es que sólo se recicle cuando ya no hay otras alternativas para reusar, remanufacturar o reparar.

RESPONSABILIDAD COMPARTIDA

Lograr la economía circular es una tarea de todos: gobierno, empresas y sociedad.

Estos son algunos consejos que se pueden seguir para integrarse al círculo.

- Reducir el desperdicio de alimentos.

- Evitar comprar moda rápida.

- Comprar artículos de segunda mano.

- Buscar dar nuevos usos a los productos.

- Reparar artículos o llevar a remanufacturar.

- Reciclar equipos electrónicos.

- Comprar productos locales.