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Tesoros checos

Las tardes se ha tornado más obscuras, los días más fríos y, casi sin darnos cuenta, de pronto nos percatamos que ya llegó una de las épocas del año que más ilusiona a los viajeros.

Tanto el invierno como la Navidad se prestan para compartir grandes momentos, muchos sabores y cálidos abrazos. También es la temporada en la que algunos destinos del mundo aprovechan para vestirse de luces y compartir sus tradiciones, tal es el caso de República Checa.

Desde hace unos días ciudades como Praga, Olomouc, Karlovy Vary y Cesk Krumlov, entre otras, presumen en sus principales plazas coloridos mercadillos navideños, que se convierten en escenarios donde lugareños y visitantes hallan artesanías, objetos de decoración y una gran variedad gastronómica.

Nadie debe perderse de probar el famoso vino caliente con especias (svarák), así como el ponche (grog) que se elabora con ron checo, agua y azúcar.

Para acompañar, hay que probar uno de los productos más típicos de la Navidad checa (el trdelník), especie de cornete dulce que lleva canela y nueces.

Por supuesto, los amantes de sabores salados deben optar por embutidos y salchichas con pan y mostaza, todo un festín.

Quienes tengan la fortuna de andar en República Checa por estos días verán cómo las familias pasan su tiempo adquiriendo regalos y preparando los dulces con los que agasajarán a sus invitados, especialmente unas pastas de Navidad que, dependiendo de su forma, reciben nombres como "nidos de avispas" (vosí hnízda), "zarpas de oso" (medvedí pracky), pastas de Linz (linecké) o medialunas de vainilla (vanilkové rohlícky).

Otra de las costumbres que se aprenden en ese país es que, cuando llega la Nochebuena, las familias se sientan en torno a la mesa dejando vacío un lugar por si llega, de improvisto, algún invitado extra.

Si este año viajarás a otro destino o te quedarás en el País, no te preocupes, quizá se te antoje planear para 2023 una travesía con sabor checo.

Ya sea que visites Praga, una de las urbes más románticas de Europa; Karlovy Vary, la famosa ciudad balneario o Césky Krumlov, una población como salida de un maravilloso cuento de hadas, seguro pasarás en República Checa una de las mejores temporadas navideñas de tu vida.

En República Checa el 5 de diciembre, en vísperas del onomástico de San Nicolás, se puede presenciar una de las festividades con más arraigo; ya que ese día se pone a prueba el comportamiento que los más pequeños del hogar han tenido a lo largo del año.

Si se han portado bien, un ángel les dará dulces y frutas; pero si su conducta no ha sido la mejor obtendrán carbón y papas duras, de manos de un diablito.

Para más inspiración sobre este destino navega en (www.visitczechrepublic.com/es).