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Castillo permanece en detención, mientras Boluarte asume retos frente al Gobierno de Perú

El destituido presidente de Perú Pedro Castillo sale detenido en un vehículo policial de la Prefectura de Lima en Lima, Perú.
El juez supremo peruano Juan Carlos Checkley ordenó siete días de detención preliminar para el expresidente Pedro Castillo, quien está siendo investigado
jueves, 8 de diciembre de 2022
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Lima, 8 dic., (EFE).- El juez supremo peruano Juan Carlos Checkley ordenó siete días de detención preliminar para el expresidente Pedro Castillo, quien está siendo investigado por la presunta comisión del delito de rebelión, tras anunciar el cierre del Parlamento y la instauración de un Gobierno de emergencia.

«Juzgado Supremo de Investigación Preparatoria, a cargo del juez Juan Carlos Checkley, dispone siete días de detención preliminar contra el expresidente Pedro Castillo, investigado por el delito de rebelión (alternativamente conspiración)», anunció el Poder Judicial en su cuenta oficial de Twitter.

Checkley evaluó esta mañana, en una audiencia virtual, el requerimiento fiscal que solicitaba esta medida contra el exmandatario, quien desde el miércoles se encuentra retenido en un penal de Lima, el mismo donde el expresidente Alberto Fujimori (1990-2000) cumple una condena de 25 de cárcel.

En la resolución, compartida por el Poder Judicial, el juez también declara la «legalidad de la detención» de Castillo y establece que el plazo de detención judicial «estará vigente del 7 al 13 de diciembre».

La solicitud de asilo en México

El expresidente de Perú Pedro Castillo ratificó ante el embajador de México en el país andino, Pablo Monroy, la solicitud de asilo al Gobierno mexicano.

Así lo manifestó el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, en un mensaje en su cuenta de Twitter, en el que añadió que México ha iniciado las consultas ante las autoridades peruanas para realizar los trámites de asilo.

«El Embajador Pablo Monroy me reporta desde Lima que pudo entrevistarse a las 13.20 horas (17.20 GMT) con Pedro Castillo en el Centro Penitenciario.

Lo encontró bien físicamente y en compañía de su abogado», escribió Ebrard.

«Hemos procedido a iniciar consultas ante las autoridades peruanas. Les mantendré informados», prosiguió.

Perú, con su sexto presidente en seis años

Perú amaneció con la resaca de una jornada inédita en la que vio cómo fracasaba un intento de golpe de Estado que apresuraba la caída de Pedro Castillo y la llegada al poder de Dina Boluarte, la sexta persona en ocupar desde 2016 el sillón presidencial de un país que, desde entonces, se ha visto incapaz de despejar los fantasmas de su permanente inestabilidad.

Las hiperpolarizadas elecciones de 2021, que se saldaron con la victoria, por la mínima, del maestro de escuela rural, auguraban pocas salidas a la gravísima crisis social, política y moral que Perú arrastra desde hace al menos seis años.

Estas sospechas se consumaron ayer con el suicidio político de Castillo quien, fiel a la tradición política de su país, acabó su mandato salpicado por procesos judiciales, como todos sus recientes antecesores, a excepción de Francisco Sagasti (2020-2021).

La primera presidenta

Las esperanzas de que Castillo rompiera la mala racha y completará su mandato hasta 2026 eran muy pocas, con un Parlamento altamente fragmentado y dominado por la oposición, pero el dirigente sindical cavó su propia tumba política a sus casi 17 meses de gestión.

Lo hizo mediante lo que ha sido calificado mayoritariamente como un fallido golpe de estado, en un intento de disolver el Congreso, que tenía entre manos un pedido de destitución presidencial, e intervenir la Justicia, además de gobernar por decreto.

Pero sus órdenes, que aún despiertan múltiples interrogantes, naufragaron rápidamente en las aguas de la inconstitucionalidad y anticiparon la llegada al poder de la vicepresidenta Dina Boluarte.

Mientras Boluarte se convertía en la gobernante número 131 en los 201 años de vida republicana del país y en la primera mujer de la historia en vestir la banda presidencial peruana, Castillo era arrestado y posteriormente llevado a la misma prisión donde el expresidente Alberto Fujimori (1990-2000) cumple una condena de 25 años de cárcel.

Sin noticia sobre el adelanto de elecciones en Perú

Ya como nueva presidenta de Perú, Dina Boluarte eludió este jueves responder si adelantará las elecciones, una petición elevada por varias voces, tras haber jurado el cargo este miércoles en reemplazo de Pedro Castillo, acusado de haber intentado dar un golpe de Estado.

«Sé que hay algunas voces que indican (que debe haber un) adelanto de elecciones y eso, democráticamente, es respetable. Creo que la asunción de la Presidencia en esta oportunidad es un poco reorientar lo que hay que hacer con el país», señaló Boluarte en una breve rueda de prensa antes de entrar al Palacio de Gobierno.

Del mismo modo, la presidenta dijo que, «más adelante, en coordinación con todas las organizaciones», verá las medidas alternativas para «mejor reorientar los destinos del país».

Además, la nueva jefa de Estado de Perú aseguró que todavía no tienen el nombre del próximo presidente del Consejo de Ministros.

Inestabilidad en la Presidencia

Con un resultado similar al que obtuvo Castillo el año pasado, el veterano economista Pedro Pablo Kuczynski (PPK) se impuso en los comicios peruanos de 2016, por escasos 40.000 votos, a su contrincante en las urnas, la derechista Keiko Fujimori.

Pero en medio del estallido de los escándalos de corrupción de la constructora brasileña Odebrecht, Kuczynski renunció en marzo de 2018 a la Presidencia, ante las denuncias de un intento de comprar votos en el Congreso para impedir su destitución.

Lo sucedió Martín Vizcarra y su Gobierno se caracterizó por su grave enfrentamiento con el Parlamento, dominado por el partido fujimorista Fuerza Popular.

En noviembre de 2020, el hemiciclo peruano sometió a Vizcarra a un nuevo juicio político que acabó con su destitución, tras ser acusado de corrupción cuando fue gobernador de la sureña región de Moquegua (2011-2014).

Tras la caída de Vizcarra, el Congreso impuso en su lugar a su presidente, Manuel Merino, en un acto que la inmensa mayoría de la población peruana percibió como una amenaza a la democracia y desató una ola de protestas ciudadanas que forzaron su renuncia.

El presidente efímero fue reemplazado entonces por el también legislador Francisco Sagasti, del liberal Partido Morado, el tercer presidente en una de las semanas más trágicas de la reciente historia política del país.

Sagasti dedicó sus ocho meses de gestión a combatir la crisis económica y sanitaria causada por la pandemia de la covid-19 y a la organización de las elecciones de 2021, que ganó por sorpresa Castillo.

 

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