Vida  /  Jóvenes
0
Votos
Nota Aburrida
Nota Interesante
El 'niño' quiere trabajar en verano

Llegaron las vacaciones y tu hija o hijo adolescente te pregunta: ¿puedo trabajar?
jueves, 30 de junio de 2022
Comparte esto en Facebook
Comparte esto en Twitter
Comparte esto en Digg
Enlarge Font
Decrease Font

Agencia/Reforma

Llegaron las vacaciones y tu hija o hijo adolescente te pregunta: ¿puedo trabajar?

Conforme los menores van creciendo pueden sentir inquietud por realizar durante el verano alguna actividad que les genere experiencias nuevas e ingresos personales.

Si es el caso y como mamá o papá te preguntas si permitirlo o no, es importante saber que un trabajo puede traer beneficios importantes para el desarrollo de un menor, siempre y cuando se lleve a cabo bajo ciertas condiciones y sin dejar los estudios.

ACTIVIDAD FORMATIVA

Es común ir al cine, a los restaurantes de comida y en tiendas de productos como playeras o historietas y ver a chavos.

Juan Pablo tiene 17 años y es cajero en un establecimiento de hamburguesas a la parrilla por la zona de Cumbres.

"La verdad sí me gusta mucho el trabajo, sobre todo yo era medio malo para las matemáticas y aquí me he puesto al tiro", sonríe.

Y es que, de acuerdo con especialistas, un trabajo en verano puede traer beneficios formativos.

Uno de los principales es que les ayuda a trabajar desde la perspectiva de valores.

"Es decir, ver el trabajo como un valor y no como una actividad que se realiza al terminar de estudiar la preparatoria o la educación universitaria", indica la psicóloga Leticia Robles.

También les ayuda al desarrollo de habilidades sociales que facilitan relaciones con pares y figuras de autoridad, y a encontrar sentido a deberes y obligaciones.

Además, agrega, es una oportunidad para que sus gustos se conviertan en habilidades para futuros empleos. Y es un factor de protección ante situaciones de riesgo como consumo de sustancias adictivas y sexualidad precoz.

Pero estos beneficios se darán sólo si las actividades que realizan están encaminadas a apoyar su proceso de formación en todas las áreas, indica Consuelo Bañuelos, directora de la asociación Promoción de Paz y especialista en desarrollo humano.

Es decir, si en el trabajo realiza tareas que requieran redacción o hacer cuentas matemáticas; si necesita moverse, hacer ejercicios o subir escaleras; o la convivencia con otras personas le ayuda en su fortalecimiento social.

¿QUIÉN PUEDE TRABAJAR?

En México sólo personas mayores de 15 años pueden ofrecer libremente sus servicios. El trabajo en menores de tal edad está prohibido.

Quienes tienen entre 15 y 16 años requieren la autorización de sus padres o tutores legales para poder laborar.

Cuando los padres están considerando dar este permiso, lo primero que deben hacer es garantizar la integridad del menor, recomiendan especialistas en protección de infancias y derechos humanos.

"Si el niño tiene esa posibilidad de trabajar, sí (puede hacerlo), pero con todos los cuidados extremos que se deben de tener", señala Bañuelos.

El trabajo no debe ser peligroso en ninguno de los aspectos, indica. La misma Ley los protege, pues indica que los menores de 18 tienen prohibido trabajar en actividades peligrosas para su salud, seguridad o moralidad.

LUGARES DE CONFIANZA

Para garantizar su integridad, es clave checar que el lugar sea seguro y las personas con las que realizaría actividades sean honestas.

Ya sea una cafetería, un restaurante, un cine, una papelería, el lugar de trabajo debe ser de confianza o conocido por los padres. Pueden también ser negocios de la familia.

"Por ningún motivo (deben permitir) que laboren en un trabajo que se encontraron por Facebook", comenta Bañuelos.

Si el trabajo está fuera del círculo familiar, los padres tienen la responsabilidad de investigar, conocer a las personas encargadas y garantizar que sus hijos estén seguros.

"Investiguen bien en qué lugar quieren trabajar, de qué se trata el giro, que ellos visiten el lugar", señala Angélica Elizondo, directora de Renace y ex directora de Protección a la Infancia en el DIF nacional.

"Que hablen con las personas con las que quieren trabajar".

También es importante platicar con los hijos sobre cómo se han sentido en el trabajo y qué actividades realizan. Y si el hijo no se siente a gusto y ya no quiere ir, no hay que recriminarlo.

EDUCACIÓN PRIMERO

Uno de los grandes riesgos de que un menor trabaje es que, luego, ya no quiera seguir en sus estudios.

"Pareciera que el trabajo se acaba en agosto y el chico entra en septiembre a la escuela, y no hay ningún problema. Pero no es así", advierte Bañuelos.

Aunque no exista una necesidad económica en la familia, detalla, el tener un ingreso extra puede motivar al menor a dejar de estudiar.

Si los padres deciden permitir que su hijo adolescente trabaje en el verano, deben asegurarse de que el chico seguirá estudiando.

También es importante que las actividades que realice le permitan gozar de sus derechos al descanso, al juego y a la convivencia. El horario debe ser corto, no más de seis horas al día, como indica la Ley.

Y, sobre todo, volver lleno de energía a clases con miras a buscar un trabajo aún más fascinante el siguiente verano.

 

Opina sobre este artículo

Nombre   Email  
Título
Opinion

Otras Noticias