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Alarman cifras de suicidio en NL; llaman a prevenir

Patricia (foto) compartió su testimonio como una forma de alertar del problema. Foto: Velia de la Cruz
Patricia tenía 12 años cuando intentó por primera vez suicidarse. "Ya no quise existir", cuenta Paty, hoy de 50 años, diagnosticada con depresión mayor y ansiedad.
lunes, 20 de junio de 2022
Por: Imelda Robles
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Agencia / Reforma

Monterrey, México(20 junio 2022).- Patricia tenía 12 años cuando intentó por primera vez suicidarse.

"Ya no quise existir", cuenta Paty, hoy de 50 años, diagnosticada con depresión mayor y ansiedad.

"No sé cuáles pastillas eran, me las tomé todas. Me acuerdo de un dolor de estómago y vomité después".

Aún le tiemblan las manos al acordarse de una noche en la que su mamá cayó al suelo y se abrió la frente tras ser empujada por su papá.

Se casó a los 20 años, en parte para salirse de su casa. Ya con dos hijos estudió una carrera y una maestría relacionadas al área de nutrición.

Se esforzaba por ser perfecta. En 2011 vino un colapso.

"Tenía un matrimonio que se puede decir perfecto, una casa, mi propio carro, una economía estable... aunque tengas todo, tu química del cerebro cambia y por más que alguien te diga 'échale ganas', eso no funciona", relata.

"Llegaba a mi casa, me acostaba y me dormía, y no me podía levantar. Estaba como sumida en un sofá y era como estar en un pozo enterrada".

En sus episodios más fuertes duraba dos semanas en cama, sin interés por asearse, comer ni ver a nadie. Perdió trabajo y amigos.

Fueron dos años en crisis total, hasta que en 2014 llegó con el psiquiatra Carlos Arnaud Gil, quien le explicó lo que le estaba pasando.

Luego de ocho meses con medicamentos y terapia, Paty volvió a sentirse como era antes y decidió dejar el tratamiento, pero al poco tiempo los episodios volvieron y con mayor intensidad.

Ahora comenzó a planear cómo quitarse la vida.

"Es un dolor que se extiende por todo el cuerpo que no lo quieres tener, quieres que se vaya, es como si alguien te estuviera encajando un cuchillo", recuerda sobre esos momentos en los que pensaba cómo suicidarse.

"Sientes un dolor tan horrible que lo que quieres hacer es cortarlo de alguna manera, y lo que se te viene a la mente es quitarlo de tajo".

Recuerda hablarle llorando a su psiquiatra para pedirle ayuda.

Fue así como regresó a terapia y a los medicamentos. Actualmente continúa en tratamiento.

"Hay muchísima esperanza, claro que la hay", recalca, "porque la ciencia ha avanzado muchísimo, el miedo a los medicamentos es por los efectos secundarios, sin embargo, actualmente éstos ya son mucho menos".

Registran fuerte alza

Las cifras de suicidios son alarmantes, y ante esto especialistas llaman a detectar señales de alerta. Pide ayuda.

Preguntarle cómo se siente a una persona que percibes muy diferente puede hacer la diferencia.

De acuerdo con datos de la Fiscalía General de Justicia de Nuevo León, de enero a abril del 2019 -antes de la pandemia por Covid- hubo 93 personas que se quitaron la vida en la Entidad.

En el mismo periodo de este año van 148, lo que representa un incremento del 59 por ciento tomando en cuenta sólo este lapso de cuatro meses durante los últimos tres años.

Estas cifras son mayores a las informadas por la Secretaría de Salud estatal el pasado 26 de mayo cuando alertaron por un aumento en suicidios e indicaron que en los primeros cuatro meses de este 2022 había 119 personas que se quitaron la vida.

Consultado sobre sobre esta diferencia de datos, el director de Salud Mental y Adicciones de la dependencia, Juan José Roque Segovia, respondió que la Fiscalía es la que lleva la estadística y se basan en sus números.

La información de la Fiscalía arroja que de enero a abril del 2020 hubo 104 suicidios, mientras que en los mismos meses del 2021 se contabilizaron 123, incluso en marzo de ese año registran el suicidio de una niña de entre 6 a 10 años, la más pequeña en la estadística desde 2019.

El rango de edad en donde más se han consumado suicidios es entre los 21 a 30 años, y en su gran mayoría son hombres.

Hablarlo y prevenirlo

De cada 10 personas que se suicidan, se estima que cuatro ya lo habían intentado, afirma Carlos Arnaud Gil, médico psiquiatra y ex coordinador del Capítulo Nuevo León de la Asociación Psiquiátrica Mexicana.

"El principal factor de riesgo para que una persona se suicide es haberlo intentado antes", alerta el también director del curso de Alta Especialidad en Psiquiatría de Enlace del Tec de Monterrey.

La estadística de suicidios es mucho más alta en hombres porque sus métodos son más letales, explica, como el ahorcamiento y uso de arma de fuego.

Sin embargo, las mujeres lo intentan más, pero con recursos menos letales.

El especialista enfatiza que no se debe minimizar ninguna conducta suicida, sea de alta o baja letalidad, porque lo importante es la intención.

"Si la persona toma tres tabletas de paracetamol, pero esa persona al tomar esas tabletas de paracetamol piensa y desea que con eso se va a morir, eso es un intento de suicidio", recalca Arnaud Gil.

Una ideación suicida pasiva son pensamientos acerca de que sería mejor morir, expone, mientras que una ideación suicida activa es cuando se elabora un plan para suicidarse.

De acuerdo con Marytza Leal, psiquiatra e integrante de Ingenium ABP, por cada suicidio consumado hay alrededor de 30 intentos de suicidio.

Y agrega que por cada acto quedan entre 6 y 10 sobrevivientes -gente muy cercana al fallecido- que sufren las consecuencias de que esa persona se haya quitado la vida, e incluso llegan a tener ideación o conductas suicidas.

"Anteriormente se pensaba que solamente las personas que padecieran ansiedad y depresión podrían ser las más propicias a suicidarse", señala Leal, también directora del Instituto para la Protección de la Salud Mental.

"Ahora sabemos que no precisamente tiene que haber una enfermedad de condición mental, sino que aquellos momentos en los que el estrés se incrementa de manera importante puede acompañarse de ideación suicida, planeación suicida y actos suicidas".

Mariana V. Calderón, psiquiatra e integrante de la Comisión Estatal de Prevención de Conductas y Actos Suicidas, puntualiza que por la pandemia se ha incrementado fuertemente el estrés por la situación económica, pérdida de empleo o muerte de algún familiar.

Por eso prioriza la urgencia de hablar sobre el suicidio como una forma de prevenirlo.

"Antes se creía que hablar del suicidio era como implantar ideas, pero la realidad es que ya hemos visto que entre más hablemos, más quitamos el tabú y la gente más pide ayuda porque más se identifican", aclara.

 

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