Luis David Adame tuvo una tarde espectacular en La Plaza México. Foto: Especial

Agencia/Reforma

Cd. de México

(08 mayo 2022)

Luis David Adame consiguió la tarde más importante de su carrera en La Plaza México, al cortar tres orejas con una innegable rotundidad, dejando ver que es un torero fresco, con técnica y un sentido profundo del toreo.

Salió en hombros en medio de la felicidad del público.

Sus alternantes José Mauricio y Diego San Román no pudieron cortar apéndices.

Vistoso quite por zapopinas ejecutado por Luis David en el segundo que se llevó una gran ovación.

Luego los banderilleros Ángel González y Rafael Romero salieron al tercio.

Ya con la muleta realizó una faena muy inteligente, donde le dio todas las ventajas al toro que tuvo claridad en la embestida sin ser fácil esta.

Luis David lució mucho y tras una estocada entera le concedieron un aviso, porque se alargó el tiempo, y después merecidamente la oreja porque toreó muy bien.

En el quinto de la tarde sopló el viento, pero no fue obstáculo para que Luis David luciera con el capote.

Luego de iniciar por alto su faena, bajó la muleta para torear por el derecho con buen trazo ante un astado bravo y emotivo.

La faena tomó altura y el público se le entregó a Luis David que bajó la mano, acompañaba las embestidas con la cintura.

Cerró con la poncina que hizo que el público se pusiera de pie ante un buen toro de la ganadería de Santa Fe del Campo, al que mató de una gran estocada para conseguir las dos orejas.

Variado con el capote anduvo José Mauricio en el primero de la tarde.

Con la muleta el capitalino consiguió momentos de buen toreo aunque el astado llevaba la cabeza a media altura, pero lo entendió muy bien Mauricio.

Tardó en matar y oyó un aviso.

Con su segundo volvió Mauricio a torear variado con el capote y luego rivalizó en quites con Luis David Adame.

Con la muleta hubo intensidad en el toreo al natural, terso, largo y templado. También buenos pases por el derecho. Todo ello lo rubricó José Mauricio con una estocada entera

Diego San Román en el tercero de la tarde, que derribó al picador Eduardo Reyna, inició su faena valentísimo con muletazos estatuarios sin moverse y pasándose los pitones muy cerca.

Luego eslabonó pases por ambas manos buscando las embestidas largas del astado que no se entregó del todo. Mató San Román de una estocada y tras la petición de oreja que no le concedieron, salió al tercio.