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Abrirán al público casa de García Márquez en Pedregal

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Aspectos de la biblioteca del escritor en la casa de Fuego 144, en el Pedregal. Foto: Édgar Medel
Los hijos del Nobel colombiano Gabriel García Márquez ya esbozan los planes para la apertura al público del domicilio donde vivió el escritor.
jueves, 2 de diciembre de 2021
Por: Erika P. Bucio
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Agencia/Reforma

Cd. de México (02 diciembre 2021).- Los hijos del Nobel colombiano Gabriel García Márquez ya esbozan los planes para la apertura al público del domicilio donde vivió el escritor junto a su esposa, Mercedes Barcha, en el número 144 de la calle de Fuego, en el Pedregal; un espacio que tendrá vocación cultural.

En una charla virtual organizada este jueves por la Casa Estudio Cien Años de Soledad, el cineasta Rodrigo García Barcha compartió a Juan Villoro un adelanto de la iniciativa, que definiría el destino de la biblioteca de su padre, fallecido en 2014; su madre, en 2020.

"Yo creo que (la biblioteca) se va a quedar ahí", señaló.

"Mi hermano (Gonzalo) y yo hemos hablado mucho de tratar de hacer de esa casa algo que sea visitable, algo que participe en la vida cultural, y espero que sea una casa hermana de la Casa Cien Años de Soledad".

En este último inmueble que el escritor y su esposa rentaron en la década de los 60, ubicado en Calle de la Loma 19, en Lomas de San Angel Inn, el Nobel escribió su obra cumbre.

Tras ser cedida por su propietaria, Laura Coudurier, a la Fundación para las Letras Mexicana (FLM), abrió al público el año pasado con una vocación literaria.

Ante la iniciativa de abrir ahora la casa del Pedregal, el presidente de la FLM, Miguel Limón, refrendó todo su apoyo.

"Sí tomo muy en serio esa oferta que has mencionado de paso, y que estuvo presente en la conversación que tuvimos con Gonzalo, de que esta casa sea una casa hermana de la casa de Fuego (...) Vamos a encontrar muchas vetas de trabajo y de creatividad que se conviertan en oportunidades de vida, de recreación y de creación artística que puedan gozar las generaciones que vengan después de la nuestra", dijo Limón, quien también participó en la charla de García Barcha con Villoro.

Sobre la biblioteca de su padre, el cineasta ahondó en sus contenidos: refleja los gustos literarios, aunque el Nobel colombiano, aseguró, no tenía el fetichismo del libro como objeto; compraba ediciones baratas, pero hay algunos libros con dedicatorias de sus amigos.

Respecto a la cama de hospital alquilada donde murió el escritor, reveló, la familia decidió primero conservarla por consejo de su asistente Mónica Alonso para evitar que, al devolverla, se volviera un fetiche.

Posteriormente, de manera anónima, se donó a un hospital.

García Barcha rememoró también en la charla la relación de su padre con el cine y la poca fortuna que han tenido las adaptaciones de su obra literaria.

Sin querer nombrarlas, atribuyó el fracaso a que los realizadores le han tenido "demasiado respeto al autor".

Sin embargo, para El coronel no tiene quien le escriba, de Arturo Ripstein, tiene mejor opinión: le pareció "exitosa creativamente".

"Pero, en general, hay demasiado respeto, y lo entiendo, porque el autor, de entrada, estaba vivo. A lo mejor ahora habrá más audacia y ese miedo a defraudar a los lectores (mengüe).

Hagas la película que hagas vas a defraudar a la mitad de los lectores, eso hay que aceptarlo", añadió quien ha animado a directores y productores a tomarse un poco de más de libertades.

Sobre la adaptación en marcha de Cien años de soledad por parte de Netflix, el cineasta leyó los primeros tres o cuatro capítulos a cargo del guionista José Rivera y juzgó como "audaces y buenos" los cambios que hizo.

En general, señaló, su padre no quería que dicha novela se llevara a la pantalla porque no pensaba que cupiera en una película de dos horas o dos películas de cuatro horas.

Alguna vez, contó, dijo que si se pudieran hacer cien capítulos sería maravilloso.

Tampoco García Márquez quería que se hiciera en inglés ni con actores de Hollywood.

"Lo que ha permitido esta nueva ola de plataformas y series es que un proyecto dure lo que tenga que durar. En este caso, todavía están escribiendo guiones, pero me imagino que serán 26; veinte y pico de horas, más o menos, la adaptación".

Los dos hijos del matrimonio García Barcha pusieron como condición que se filmara en Colombia, dentro de lo posible, y en español.

"Se salvaron varios obstáculos que le preocupaban a Gabo, (pero) de todas maneras será una adaptación difícil".

El cineasta no quiso ser ni director ni guionista, aunque es productor; un productor no demasiado involucrado, dijo, porque eso no iba a permitirle a la plataforma conseguir ni buenos guionistas ni buenos directores.

"Nadie quiere trabajar con el hijo del escritor encima diciéndote que así no es", compartió. Su papel se limita a darles su opinión en aspectos generales.

 

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