Intenso clásico nacional. Foto: Mexsport

Intenso clásico nacional. Foto: Mexsport

Cd. de México

(25 septiembre 2021)

El Clásico Nacional terminó 0-0 y aun así pasó a la historia.

Histórico porque faltaron pocas horas para que se cumplieran dos años del último América -Chivas con afición en el Estadio Azteca, porque los casi 60 mil aficionados convirtieron el partido en el mayor evento masivo en la capital desde que comenzó la pandemia y porque sobraron acciones para el recuerdo.

El América se aferró al liderato y el Guadalajara a su dignidad.

Las Águilas coquetaron con el gol con cabezazos de Henry Martín y Sebastián Córdova y las Chivas con un par de jugadas de Alexis Vega.

Los azulcremas generaron el conato de bronca con el zape de Jorge Sánchez a Sergio Flores y los rojiblancos con el piquete de ojos de Miguel Ponce a Henry.

La afición, que le da vida al Clásico, impulsó cada movimiento de los jugadores, con esos gritos que en este escenario no se escuchaban desde el 28 de septiembre de 2019.

Y el árbitro César Ramos Palazuelos también contribuyó al show al no sacar la roja a Ponce por la agresión. Como si el árbitro necesitara darle motivos a la gente para recibir insultos.

Marcelo Michel Leaño no pudo callar a todo México, pero Roger Martínez tampoco pudo realizar el festejo en el que se lleva las manos a las orejas.

De cualquier manera, el Azteca hervía.

El "Chivas-Chivas" competía con el "Vamos América". Los oles fueron el compás del Guadalajara en algunos lapsos y Oribe Peralta entendió la magnitud del rechazo del americanismo, y probablemente de alguno que otro rojiblanco.

Un Clásico en el que los equipos buscaron el gol incluso cuando el sonido local anunció los cinco minutos de compensación, cada uno con su estilo, con Richard Sánchez cerca de convertirse en el héroe en un disparo tapado de milagro por un zaguero, aunque de cualquier manera los azulcremas mantuvieron el invicto en Liga en el Azteca durante la era Solari, ya con 13 partidos.