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Herbolaria Femenina

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El conocimiento de las plantas medicinales y su uso en cada etapa de la vida de la mujer brindan a ésta libertad y autoconciencia en la salud
lunes, 28 de diciembre de 2020
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Agencia/Reforma

El conocimiento de las plantas medicinales y su uso en cada etapa de la vida de la mujer brindan a ésta libertad y autoconciencia en la salud, considera la bióloga y arqueóloga Mirsa Aguirre (CDMX, 1979).

Así lo expresa en las primeras páginas de su más reciente libro: Herbolaria Femenina, plantas de la menstruación (Ediciones EI), un volumen redondo donde si bien lo principal es la detallada descripción que la también etnobotánica hace de 45 plantas distintas y sus propiedades medicinales para la atención de cambios que ocurren durante el ciclo menstrual, también hay una explicación clara de este complejo mecanismo biológico, así como un análisis de la construcción de la feminidad.

"Se van a encontrar con una guía de la menstruación, con una guía de la feminidad", señala la especialista en entrevista desde El Ingenio: Arte y Ecología, proyecto que fundó en 2011 y que posteriormente se integró a la Galería V&S (Xola 1662, Colonia Narvarte).

Es, cuenta, la primera parte de un gran proyecto que también abarca embarazo, lactancia y menopausia, pero que ante la complejidad de lanzarlo en una edición independiente decidió seccionar y convertir en la colección "Biblioteca de la Diosa", y que parte con una selección de mitos de diferentes regiones y culturas que expresan la antigua relación entre las mujeres y las plantas.

Ya sea Démeter, deidad madre para los griegos y símbolo de la fertilidad representada con una planta; la diosa india del conocimiento Sarasvati, cuya representación la plasma sentada sobre una flor de loto, o Takutsi Nakawé, madre de los dioses y las plantas entre los wixárikas, entre varias otras.

Relatos arquetípicos de "mujeres planta" seducidas, secuestradas o asesinadas, en las que Aguirre ve reflejadas a las mujeres del presente.

"La idea era convertir la colección en una guía de autoconocimiento para las mujeres y de comprensión del mundo en el que estamos inmersas para construir nuestra feminidad, desde lo cultural hasta lo biológico", precisa.

"(Pero) es también enseñar, analizar la parte biológica desde una perspectiva amable, entendible y desde la hermandad, desde otra mujer contando cuál es la clave, ayudando a que se entienda mejor".

Así, la bióloga se toma el tiempo de esclarecer las cuatro fases del ciclo menstrual y las posibles alteraciones que se pueden presentar -dolor, ritmo y cantidad en el flujo-, así como el papel que juegan las hormonas en el malestar habitual, antes de pasar al listado de plantas que pueden servir para atenderlo.

Desde unas muy familiares y cotidianas como la ruda o la manzanilla hasta algunas que posiblemente se descubran por primera vez en estas páginas: sauzgatillo, muicle, ciguapaztle, pomolche o chintul, entre una amplia serie de frutas, verduras, hojas de árboles, semillas, especias, leguminosas y demás plantas con propiedades analgésicas, antiinflamatorias, para regular el flujo, reducir calambres uterinos, tratar la hemorragia o favorecer la irrigación sanguínea, por ejemplo.

"En un principio la idea era que fueran puras plantas nativas para incentivar esta recuperación, uso y manejo de plantas que tienen importancia ecológica.

"Así lo estaba estructurando hasta que pensé: No puedo hacer un libro de menstruación en el que no venga la ruda o el romero, que no son plantas nativas pero que están en el presente de las mujeres que se tratan en su casa con una infusión", comenta sobre la selección final para el libro, que cierra con un recetario de aguas, ponches, ensaladas, sopas, guisados y tartas, entre otras formas de preparación con tales plantas.

Una guía completa -que revela a su autora no sólo en sus facetas de bióloga, arqueóloga y etnobotánica, sino también como artista, pues ella misma ilustra con acuarelas a color cada planta- para elaborar un "botiquín botánico" para la menstruación, cuyo conocimiento Aguirre ha ido compartiendo a través de talleres en El Ingenio, en sesiones que han adquirido un carácter casi terapéutico para las mujeres que han acudido.

"Aquí me he encontrado con historias súper dolorosas del ser mujer; aquí han llorado. La búsqueda es también generar un acompañamiento entre todas y entre todos", comparte.

¿El auge del feminismo ha contribuido a cambiar la concepción que las mujeres tienen sobre su propia menstruación y cómo vivirla -como con el denominado "sangrado libre"-?

Sí. Aunque creo que es algo muy personal y que debe ser algo en libertad; una lección desde lo personal en donde tú, en un mundo en donde tienes opciones, decidas ponerte la horrible toalla de plástico porque tú lo decidiste.

Eso me parece libre y con el derecho total y absoluto sobre tu cuerpo. Y que una práctica de otro tipo de gestión, como el sangrado libre o la menstruación consciente, podrían generar en la gente una forma distinta de observar sus fluidos en general.

Creo que sí, que más que empoderar la feminidad, es empoderar el cuerpo: el cuerpo como espacio en donde habitas, seas hombre o mujer o planta o animal.

Abrazar la casa que habitas.

'La herbolaria sí es ciencia'

El otro gran trabajo detrás de Herbolaria Femenina, plantas de la menstruación, cuenta Mirsa Aguirre, estuvo en lograr que fuera un libro de ciencia.

Porque para su autora, quien lleva largo tiempo investigando al respecto e incluso plasmó en las 45 plantas la última actualización botánica de The plant list, en verdad lo es.

¿Qué le dices a quienes califican a la herbolaria como pseudociencia e incluso acusan que su promoción puede ser riesgosa?

Esto es científico, sí. Definitivamente la herbolaria es la que dio a luz a la ciencia; bueno, a la botánica y a la ciencia de la medicina.

Tenemos ese conocimiento milenario que es la prueba y error de la misma vida. Ayer le comentaba a una alumna que todos nosotros somos descendientes de los que no se murieron probando plantas. No hay de otra.

En todo caso, continúa, lo que ha habido es un mal manejo de la herbolaria por parte de quienes se han aprovechado del interés de muchas personas de regresar a lo natural.

"Creo que hay una fuerte necesidad de la población y que hay un resurgimiento de la herbolaria, un boom que también es económico y comercial.

Entonces tenemos muchas tiendas naturistas, muchos productos herbolarios que yo sí considero que muchas veces no están bien trabajados.

"Se está dando un boom sin un conocimiento y poniendo en riesgo a la población porque no hay una regulación adecuada", remarca la bióloga y etnobotánica.

"Tenemos gente vendiendo un medicamento de manera irresponsable totalmente y con falta de amor, con falta de ética, con falta de empatía humana".

La especialista pone como ejemplo el caso de los productos Capslim, elaborados con la planta thevetia peruviana -o hueso de fraile-, y vendidos como suplemento alimenticio para adelgazar, pero que en realidad actúan de manera similar a la anfetamina y pueden causar taquicardias o hasta alucinaciones.

La bióloga misma advierte desde el principio de su libro que el uso y abuso de las plantas que enlista y sus preparaciones sugeridas en el recetario podrían acarrear problemas, pues los efectos varían de persona a persona, por lo que se requiere estar muy atento y acudir con el médico en caso de ser necesario.

De forma que Aguirre no hace un llamado a abandonar la medicina occidental moderna y a refugiarse, en cambio, en la herbolaria femenina. Sino simplemente a recuperar el saber tradicional de las plantas medicinales y tenerlo en cuenta de manera equilibrada y armónica.

"Sí, es la idea: que volteemos a verlas; que incluso tenerlas en las casas ayuda. Cambia la energía de las personas, la parte del ánimo, la circulación", concluye la especialista.

 

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