José Antonio Badía y Eduardo "Lolo" Espinosa han cautivado a sus escuchas por la forma en la que narran casos paranormales y violentos. Foto: tomada del sitio oficial de 'Leyendas Legendarias'

Cd. de México (09 noviembre 2020).- Para esclarecer la desaparición de Paulette en 2010, decenas de peritos y hasta equipos extranjeros, como el FBI, llevaron la investigación, pero no dieron una respuesta que satisficiera a José Antonio Badía.

Como comediante, él casi considera un mal chiste la explicación de la Policía, que dijo que la niña rodó al pie de la cama donde murió y nadie encontró el cuerpo durante días, por lo que desarrolló su propia teoría, apoyada en los testimonios de entonces, expedientes y hasta en réplicas del cuarto de la pequeña.

Aunque su profesión principal era hacer chistes, Badía ahora hace una labor casi forense, y a veces esotérica, para hablar de crímenes violentos y sucesos paranormales en su podcast Leyendas Legendarias, que realiza con Eduardo "Lolo" Espinosa.

"Cuando nos dijimos que valía la pena, decidimos hacerlo con dos cosas: una buena investigación y comedia. Antes del podcast ya era fanático de los temas, los investigaba por placer.

"He leído libros de 500 páginas que luego resumo a 11 de guion. En casos como el de Paulette hay muy poquitos datos. Para ese capítulo, hice mi maqueta en papel, traté de dar mi opinión para saber lo que pasó", contó José Antonio en entrevista.

La obsesión del comediante con la sangre y lo misterioso lo ha llevado a recopilar montañas de libros, muchos importados, y rastrear archivos antiguos que le permiten hablar de Charles Manson, abducciones, exorcismos y hasta del "Caníbal de la Guerrero".

Pese a lo oscuro de sus temas, la dupla ha conseguido posicionar a Leyendas Legendarias al aderezar los relatos con humor, pues su formato arranca con la narración de Badía y cobra vida con las ocurrencias de sus compañeros.

"Programas de temas como los que seguimos nosotros ya había, pero no se tocaban desde la comedia. Siempre he sido fan de hacer chistes inapropiados de temas densos, entonces encajo perfecto.

"Al principio, recibimos comentarios de gente que decían: '¿Por qué interrumpen la historia para hacer chistes tontos? Cortan el formato'.

Luego se dieron cuenta de que eso era el formato", destacó "Lolo".

La dupla arrancó el proyecto sin esperar mucho éxito en México, pues creía que pocos entenderían su propuesta, pero continuaron porque era algo que a ellos les hubiera gustado escuchar.

Los primeros 16 episodios tuvieron una aceptación moderada, pero al llegar al 17 fue que despegaron en grande.

"Fue una buena mezcla de tema, invitado y momento: era sobre Cañitas y coincidió con el relajo de Carlos Trejo con Alfredo Adame.

"Ricardo O'Farrill accedió a grabar el episodio y detonó el crecimiento más rápido. Después de esto se volvió exponencial", detalló Espinosa.

Ahora, con 88 episodios y cifras propias que les indican que tienen más de 3 millones de oyentes al mes, los comediantes ocupan la posición del podcast más escuchado de Spotify, de acuerdo con el listado de este domingo.

Su talento lo han puesto a prueba con casos como el del exorcista de Almansa, donde los detalles eran tan sádicos que les costó encontrarle una salida cómica, mientras otro desafío ha sido contar algo diferente.

"En temas muy típicos, como Manson, nos gusta tener información que no hayamos escuchado en otro lado. Así, aunque la gente haya oído de ese caso en miles de lados, tendrán un pedacito de información nueva que no conocían.

"No es tener sólo información del caso, sino investigar para explicar las razones, fenómenos psicológicos, tangentes paralelas a otros casos y eso a la gente le gusta porque con las conexiones entienden de otra manera", explicó Badía.

En opinión de los conductores, lo más gratificante ha sido formar un grupo de fans que se sienten cómodos de mostrar gustos tan extraños, pues hay más interesados en los relatos de lo que se esperaría.

"Nos encanta que hay una comunidad de raritos en la frontera de lo normal que son fans de estos temas, pero también se une un tipo que está en su oficina, lo platica con sus compañeros y resulta que el jefe también es fan.

"Nos dimos cuenta de que hay amas de casa y familias enteras que se sientan a escucharlo o gente que se hizo amiga y se juntaba, antes de la pandemia, en un lugar para hacerlo", apuntó Espinosa.