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Tras el Covid-19... cambio de hábitos

La llamada "nueva normalidad" es una oportunidad inmejorable para retomar hábitos alimenticios y de ejercicio que ayuden a estar en buena forma.
lunes, 7 de septiembre de 2020
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Agencia/Reforma

Si bien la pandemia de Covid-19 es una angustiante emergencia sanitaria, también invita a hacer un alto y preguntarse: ¿Qué puedo hacer para llevar un estilo de vida más saludable?

La llamada "nueva normalidad" es una oportunidad inmejorable para retomar hábitos alimenticios y de ejercicio que ayuden a estar en buena forma y que, por la cuarentena, se dejaron de lado, coinciden especialistas en nutrición.

"Estamos en una etapa en la que, si hubo aumento de kilos o tallas en los meses de encierro, la gente va a querer ver resultados rápidos de baja de peso, y para eso puede recurrir a dietas muy restrictivas o de moda", señala la nutrióloga Grace Ibarra.

La invitación es evitar este tipo de dietas y más bien enfocarse en hábitos inteligentes, apunta.

"Es crear una conciencia general: si estamos en una época en la que nos estamos preocupando por nuestra salud, siguiendo medidas para prevenir el contagio, pues también necesitamos ser congruentes y aprender la lección sobre lo que estamos introduciendo a nuestro cuerpo".

Después de todo, la comida que ingresa al organismo es tan importante como la gasolina para un automóvil, ejemplifica por su parte Andrea Fraga.

Igual que el combustible de mala calidad puede afectar el funcionamiento del carro, describe la también nutrióloga, la alimentación no saludable debilita el sistema inmune, encargado de defender al organismo cuando los patógenos lo atacan.

Si en los meses de encierro el #QuédateEnTuTalla se popularizó en redes, quizá ahora los lemas puedan ser #RegresaATuTalla y "Haz Cambios Saludables", sugieren las expertas.

ALIMENTACIÓN, MÁS IMPORTANTE QUE NUNCA

Tanto las estadísticas como los especialistas en epidemiología coinciden en que enfermedades crónicas como obesidad, hipertensión y diabetes aumentan las posibilidades de que una persona portadora del nuevo coronavirus desarrolle complicaciones, indica Fraga.

"Esto nos subraya la importancia de que las personas cuiden su salud más que nunca, que dejen de consumir las cosas que más les dañan, como los alimentos procesados o industrializados que afectan tanto a las células como al balance hormonal, y escojan comer lo más natural posible", insiste.

No existe un súper alimento que, al consumirlo todos los días, eleve las defensas del cuerpo, agrega por su parte Ibarra, sino que es la alimentación variada, completa y equilibrada, combinada con la práctica regular de ejercicio, lo que puede hacer la diferencia en el bienestar de las personas durante los meses y años venideros.

¿HAMBRE EMOCIONAL?

Pedir constantemente a domicilio, tener colaciones con alto contenido calórico en la alacena y no realizar actividad física son algunos de los hábitos observados durante los meses de cuarentena que explican un aumento de peso en los pacientes que piden consulta, coinciden en señalar Fraga e Ibarra.

La angustia desatada por la contingencia sanitaria también ha puesto en evidencia el fuerte lazo entre la ansiedad y la comida, añaden.

"Sucede lo que llamamos hambre emocional. Muchos, cuando sienten estrés, empiezan a alimentarse pensando que les va a brindar tranquilidad. Esta hambre emocional es un tipo de 'hambre' entre comillas, porque el deseo o el antojo es muy específico y difícilmente lo puedes calmar con otra comida.

Siempre quieres más", explica Fraga.

"La relación entre el alimento y las emociones viene desde que somos chiquitos, cuando nos dicen, por ejemplo, que si dejamos de llorar nos van a dar una paleta o un chocolate.

Por eso nos cuesta trabajo como adultos dejar de hacer la asociación".

Ejemplos de alimentos conectados con el hambre emocional, indica Ibarra, son los altos en grasas y azúcares, como el pan dulce, las galletas, los refrescos o las papas fritas.

A estos se suma el consumo de alcohol, también ligado a las sensaciones.

¿Cómo lograr cambios saludables y permanentes en el estilo de vida? Es cuestión de forjar hábitos y ser conscientes de lo que se introduce al cuerpo, responden las nutriólogas Grace Ibarra y Andrea Fraga, y enumeran seis consejos para iniciar esta transformación positiva.

1.- Tener horarios de comida que se acomoden a las rutinas diarias y estilo de vida; esto ayuda a que los antojos empiecen a disminuir.

2.- Es fundamental la actividad física constante. La sugerencia es 40 minutos diarios de ejercicio.

3.- Dormir plenamente. Está comprobado que el mal sueño se relaciona con un impacto en el estado de salud en general y el aumento de peso.

4.- Una alimentación balanceada, con frutas, verduras (optar por las que tienen bajo índice glucémico, como fresas, moras azules o manzanas), grasas buenas (como el aceite de oliva, nueces o aguacate) y proteínas, ya sean vegetales como garbanzos, frijoles o lentejas, y animales, como carne, pollo y pescado.

También incluir carbohidratos, de preferencia integrales, como arroz integral, quinoa o avena. En resumen, el plato debe dividirse en: Mitad de verduras, un cuarto de proteínas y el otro cuarto de carbohidratos.

5.- Seleccionar comidas naturales en vez de procesadas.

6.- Crear un ambiente saludable en casa, con una despensa rica y balanceada que facilite las buenas elecciones diarias.

 

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