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Pega a mujeres doble jornada

Desde que inició la pandemia trabajo más, hasta más noche. Trabajo en 15 cosas al mismo tiempo porque, si no, simplemente no sale.
miércoles, 12 de agosto de 2020
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Agencia/Reforma

Desde que inició la pandemia trabajo más, hasta más noche. Es mucho multitasking y es tremendamente agotador. Trabajo en 15 cosas al mismo tiempo porque, si no, simplemente no sale.

No puedo estar con mis niñas de manera única. Estoy en reuniones, contesto llamadas, escribo correos.

Quien comparte su experiencia es Susana, mamá y empleada de una universidad privada.

Ella es una de las mujeres que, frente a la contingencia sanitaria, ha visto un aumento en la carga del trabajo no pagado, el que implica el cuidar de los otros y del hogar, explica Norma Cerros, fundadora de Womerang, organización de empoderamiento femenino en el área laboral.

"Desde antes del Covid-19, más del 75 por ciento de este trabajo no pagado lo hacen las mujeres. Estaba optimista de que, con la orden de quedarse en casa, comenzaría a repartirse (esta labor) y se generaría conciencia entre los hombres sobre lo cansado que es, pero no ha sido así", cuenta.

"También noto que, ante la situación en la que estamos y si se llega a presentar una disyuntiva, las mujeres están en mayor riesgo de salirse del trabajo remunerado, y esto es peligroso porque podemos retroceder en el tema de la participación laboral femenina".

Tal panorama aplica incluso si ellas ganan más que sus parejas o tienen mejores oportunidades de crecimiento en sus empleos, apunta Cerros, pues los estereotipos de género indican que los hombres son los proveedores, por lo que es más difícil pensar que se queden en los hogares.

De tarea en tarea

Susana se dice afortunada porque tanto ella como su marido tienen la opción de hacer home office durante la contingencia. Sin embargo, esto trajo cambios en la rutina familiar.

"Las niñas (de 4 y 2 años) no van a la escuela. Ya no tenemos que manejar, lo cual es súper bueno porque no tenemos que correr en las mañanas.

Pero también tengo que brincar de una tarea a otra, cuando antes sólo me concentraba en una a la vez.

"Escribo un correo, platico con mis niñas y veo un video. Es tremendamente cansado, acabo casi siempre con dolor de cabeza o me zumba la cabeza. Me dicen que el home office es súper bueno, pues me imagino que lo será en circunstancias normales, no de pandemia".

Dice que ha encontrado estrategias para sobrellevar la situación, como levantarse del lugar que se ha convertido en su espacio de trabajo o ir al parque con su familia.

"A pesar de que las mujeres con niños hacemos muchísimo trabajo, el que mis empleadores sepan que tengo hijos pequeños nunca es para beneficio mío, lo ven como '¡ay, tiene una limitante!'", lamenta.

Añade que le gustaría poder negociar sus horarios y administrar la carga de trabajo orientada a los resultados.

También quisiera tomar medias tardes de vez en cuando, a manera de pasar tiempo con sus hijas y encontrar un balance en su pesada carga de responsabilidades.

I. ESTÁN EXHAUSTAS

¿Qué mecanismos hacen que las responsabilidades caseras recaigan sobre las mujeres? La respuesta se relaciona con los roles que la comunidad ha asignado a ellas y ellos, indica Elena Olascoaga, consultora en temas de género y desarrollo.

Socialmente, dice, las mujeres son vistas como cuidadoras, además de existir una especie de sistema de sanción y recompensa.

"Si se dedican y apoyan las tareas que cumplen con este rol, son vistas como buenas y cumplidas. Pero si priorizan su papel productivo y laboral, son tachadas como egoístas, malas mamás y esposas", explica la también fundadora de Olascoaga, empresa social que impulsa el talento femenino en las empresas.

"Es decir, (ellas) sienten apremiante el tener que responder a las demandas de los otros, cuando no debería ser así. Es cumplir los trabajos de la casa no siempre desde el cariño, sino más bien del sentirse obligadas, porque nadie más lo hará por ellas".

Olascoaga afirma que las mujeres tienden a no expresar la necesidad de distribuir el trabajo casero con las parejas por pena, falta de práctica para comunicar estos deseos o, incluso, miedo, si están en hogares no seguros o violentos.

Las mujeres están exhaustas, añade Cerros.

El gran reto, entonces, es que los varones se involucren organizada y responsablemente en este trabajo no pagado.

"Es cierto, tenemos nuevas generaciones de hombres más participativos, pero noto que esta participación es más bien esporádica, en vez de una división de actividades que son cumplidas en tiempo y forma", apunta la fundadora de Womerang.

"Simplemente, muchas mujeres ya no saben para dónde hacerse. Incluso antes, cuando los niños iban a la escuela, tenían entre cinco y seis horas en las que los maestros estaban a cargo de sus hijos, pero ahora con el confirmado regreso a clases a distancia se agrega este pendiente de la educación".

II. TEMEN REPRESALIAS

Desde su experiencia trabajando con empresas durante la pandemia, Olascoaga señala que, según la perspectiva de las empleadas, el home office les exige estar disponibles todo el tiempo.

"Estamos en entornos profesionales y privados donde ellas no sienten que pueden poner límites, y si los ponen, habrá represalias", considera.

Incluso temen perder su puesto, por lo que hacen todo lo que pueden para estar disponibles, dejar en claro que son buenos elementos y no ser despedidas, si llega un recorte de personal.

El impacto de la actual contingencia sanitaria en la fuerza laboral femenina se observa, también, en sus oportunidades de crecimiento profesional.

¿Qué puedes hacer?

Consejos para aliviar la carga de mujeres trabajadoras:

PARA ELLAS

Evalúa: ¿estás en un hogar seguro, donde puedas llegar a acuerdos de repartición de tareas y ajustarlos conforme cambien tus necesidades?

Pide ayuda si te encuentras en una situación de violencia.

Dialoga con tu familia para repartir responsabilidades. Establece mecanismos para llamar la atención si alguien no cumple con lo prometido.

En el ámbito laboral, haz conciencia sobre qué aportas como trabajadora, es decir, cómo brindas valor. Esto ayuda a neutralizar el miedo que sientes sobre tu desempeño.

PARA LAS EMPRESAS

Modela el comportamiento deseado. Que mujeres y hombres líderes den el ejemplo de una distribución del trabajo no pagado.

Respeta los horarios de entrada y salida de todo el personal.

Brinda información que permita a las empleadas que viven una situación de violencia en sus hogares encontrar ayuda.

PARA LAS PAREJAS

Haz conciencia y reconoce que las mujeres asumen la mayor parte del trabajo doméstico.

Pon sobre la mesa las responsabilidades que vas a asumir para aliviar la carga de ella.

 

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