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Por: Mauro de la Fuente
Matamoros, México (01 junio 2020).- Un improvisado campamento con más de 2 mil migrantes, donde los extranjeros viven hacinados y en condiciones insalubres, se enfrenta a un máximo riesgo por ubicarse en una zona que registra brotes de contagios de Covid-19 en ambos lados de la frontera.
Del lado mexicano, Matamoros ocupa el primer lugar en el Estado con 441 contagiados y 39 defunciones, mientras que en el estadounidense, el Condado de Cameron rebasa los 770 casos y tiene 36 muertes, siendo la región más afectada de la frontera entre Texas y Tamaulipas.
Aunque no se han reportado oficialmente casos de coronavirus en el campamento, conformado principalmente por extranjeros devueltos por Estados Unidos para que esperen sus procesos de asilo, organizaciones como Médicos Sin Fronteras están en alerta por las condiciones en la que se vive.
"Lo hemos advertido", dijo un integrante de Médicos Sin Fronteras, "el mayor problema es que viven cuatro o cinco personas en una casa de campaña de 2 metros cuadrados, pegada una (casa) a otra".
Pese a que se cercó el campamento para tratar de controlar el acceso, el riesgo de contagio es alto debido a que hay migrantes que salen a trabajar y tienen contacto con una población afectada por el coronavirus.
En el campamento se encuentran familias completas, que incluyen personas vulnerables como niños y adultos mayores.
Activistas han urgido a las autoridades mexicanas y estadounidenses a apoyar a los migrantes al calificar al campamento como una "fosa común inminente en la frontera".
Sin embargo, a mediados de abril, la Comisión Estatal de Protección contra Riesgos Sanitarios (Coepris) clausuró la instalación de un nuevo refugio para estos migrantes que se encuentran en las márgenes del Río Bravo.
El nuevo campamento quedaría ubicado en el estadio municipal y daría mejores condiciones a los migrantes, ya que cuenta con agua corriente y electricidad.
Las razones de la clausura, de acuerdo con la Coepris, fueron que había muchas personas trabajando en el lugar en plena contingencia sanitaria.
Ante la emergencia, la organización estadounidense Global Response Management (GRM) implementó pruebas rápidas a los extranjeros que presenten algún síntoma como dificultad para respirar, fiebre, dolor de cabeza y tos seca.
También instaló un hospital móvil con 20 camas para posibles pacientes contagiados de Covid-19.
La Secretaría de Salud municipal instaló un filtro para revisar a los migrantes que salen y entran al campamento, a quienes se les obliga a usar gel antibacterial antes de ingresar al lugar.