REFLEXIÓN DOMINICAL

Antonio Fernández

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El Gozo del mundo es pasajero y engañoso

“En verdad, en verdad, os digo, vosotros vais a llorar y gemir, mientras que el mundo se va a regocijar. Estaréis contristados, pero vuestra tristeza se convertirá en gozo” (Jn 16 20)
domingo, 3 de mayo de 2020
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San Pedro, el primero de los discípulos en reconocer y confesar a Cristo Nuestro Señor como Hijo de Dios vivo, manifiesta en su Cátedra cierta la invitación a las almas buenas como también a las difíciles reconocer la bondad de Jesucristo Nuestro Señor; “Para esto fuisteis llamados.

Porque también Cristo padeció por vosotros dejándonos ejemplo para que sigáis sus pasos”. Amar a Dios y al prójimo, esta es la respuesta de todo hijo creado por Dios debe corresponder u apreciar que no queda ahí pues obras son amores y no buenas razones, cumpliendo los mandamientos de la Ley de Dios, donde radican las obligaciones y deberes del cristiano católico para con Dios, todos tiene como único fin el de la bienaventuranza eterna de fortalecer espiritualmente los actos, pensamientos y obras a vencer tentaciones y dudas, temores y debilidades lograda la aspiración ayudará, si se quiere a reconocer la convicción que desea Dios Nuestro Señor y no en el gozo del mundo pasajero y engañoso.

El amor de Dios Nuestro Señor a las almas creadas por Él no tiene medida ni límite de extensión, su bastedad infinita adiestra las almas a ser acreedoras del misericordioso amor anunciado desde siglos en el salmo; “Porque la Palabra de Dios es recta, y toda su conducta es fiel.

El ama la misericordia y la justicia, la tierra está llena de la bondad del Señor”. Palabra de Dios confortante, consoladora y vivificante, por lo que comprende el pecador la necesidad de resolverse, pero cuando no lo hace las debilidades y falta de fe son impedimento para una resolución de corresponder al amor de su Creador, la conciencia invita a ello pero el impedimento no dejará surge porque está lejos de avivar la fe anquilosada al interior del alma, las inclinaciones son estimulaciones al principio melosas ataren, de no rechazarse se pasará a la incitación cautivante prepara la caída que hechiza a quien atado no acepta que el gozo del mundo es pasajero y engañoso.

Por eso no hay que engañarse: en el mundo actual hay una sola realidad: ¡Soy hijo creado por Dios! Creerlo no sólo de palabra sino de hecho, de ello se deriva el parteaguas donde los hijos del Señor deciden caminar teniéndolo en el centro de sus actos, pero aquellos que viven sin definirse viéndose en envueltos en las cosas que los pierden siguen la vida indefinidos y su causa que saben está perdida los reúne para no “sentirse solos” cuando que por sí mismos lo están, pasando la vida en ironías, otros discutidores de tener razón su error no salen de lo mismo el punto central de su vida es la indefinición: “Soy o no soy” de la afirmación “Soy” en pocos, significa que su existencia terrena es cumplir el mandamiento del Señor del que han hecho obligación atender con actos y obras al imperecedero fin de la salvación del alma; la negación “No soy” significa ir tras las inclinaciones que en todo instante ofrece el mundo, cuyo fin es perecedero y corta duración, al paso de los años se ha cultivado la costumbre de evitar y rechazar toda obligación para con Dios, no así con las cosas del mundo, nada hay que impida detener o dejar de hacer el gusto propio, nada detiene porque nada hay en el alma, corazón y la mente de temor de Dios, nula la fe nada puede inspirar para apartarse, se llegará a dejar este mundo camino a la eternidad, es cuando se verán los bienes obtenidos que se esforzó cada día, son nada y sin valor de salvación pero sí de condenación.
El hijo creado por Dios que somos todos los que habitamos sobre el mundo habrán de tomar una definición; ¿Quiero salvarme o no quiero salvarme? Entre estas divergencias incongruentes e irrazonables hacen que el congruente y razonable se pregunta; ¿Tanta ceguera y ceguera son capaces de cerrarlos a no ver su la gravedad de su alma? Perdiendo el tiempo en indefiniciones ilógicas en lo que debiera ser un continua definición del hijo hacia tan amoroso Padre, su conducta debiera ser limpia y generosa fuera de todo egoísmo terreno aceptar de corazón lo que viene de Él, a estas alturas de la vida eso de tener incertidumbres, dudas y temores es una mentira para justificarse porque se saben hijos indignos de tal Padre, no puede haber negación en la verdad eterna; no obstante la misericordia de Cristo Nuestro Señor es latente, evidente y notorio en cada alma lo sabe está en su mente y no lo puede apartar de ella lo vive y experimentado en sus entrañas, y cuando se haya avivado al interior las gracias, bienes y dones que recibe todo hijo y por sí mismo causa de salvación la luz de la fe en el Señor el efecto del arrepentimiento mostrará que la necesidad imperiosa de haberse definido a fructificado gracias de haber comprendido de su palabra clara e indiscutible: “Quien no está conmigo, está contra Mí, y quien no amontona conmigo, desparrama”.

Pedir a Dios Nuestro Señor en tiempo ayude a tomar una definición por la fe y confianza en Él será insistirse así mismo no perder el valioso bien de su misericordia y tener el alma dispuesta a obrar en lo que es su deseo.

Muy diferente va a ser en quien no quiera escuchar esa voz, porque escuchándola no la oirá y lo que siempre sucede en las personas que no escuchan y no ven son movidos por el impulso que pierde al no disponerse a ello, siendo semejante al que va acelera su motocicleta a exceso de velocidad y al cruzar una avenida se pasa un auto el semáforo en alto y se va contra el motociclista que no tiene tiempo a frenar, el golpe lo lanza al aire viniendo la fatal o mortal caída, de haber atendido al consejo sean de sus padres, amigos, esposa y demás a no manejar así, haber tenido atención a la precaución y los consejos de prevención hubiera evitado padecer las consecuencias de la tragedia que está viviendo donde puede perder la vida, bien, así hacemos de imprudente nuestra existencia para con Dios, quien no deja de hablar al corazón como Padre bondadoso y amoroso, atraer la atención del pecador, recibiéndolo y perdonándolo, remediando sus pecados y sufrimientos se niega, como fue ese motociclista que no quiso poner atención a su realidad desoyó la sincera caridad de los suyos, lamentable las consecuencias de la negligencia que se conocen en el momento crítico, cuando nada puede hacerse, pero en la misericordia de Dios Nuestro Señor el arrepentimiento sincero anuqué tardío vale; pero siendo el mundo indiferente, escéptico e incrédulo no le interesa escuchar, se impone a si mismo ser sordo, ciego de vista y la mente en ello está la necedad de morir rechazando al Señor lo que significa que el gozo del mundo fue pasajero y engañoso.
Será interesante un momento meditar cuidadosamente desde que tuvimos uso de razón a la fecha y recordar aquellos momentos que con nuestros padres y hermanos vivimos en familia las carencias, problemas y enfermedades, soledades y angustias, alegrías, fiestas y todo lo que se participa sin dejar pasar aquellas ocasiones que se estuvo privado de alimento, ropa y sentirse impotente al no poder ayudar, repasar todas esas vicisitudes es historia familiar, buena o mala pero es el soporte para la vida, al ahondar en ello fueron los padres quienes superaron las crisis que hoy se ve lejana y superada; aquellos padres de familia responsables que recibieran sus hijos el alimento espiritual, la frecuencia de sacramentos, asistencia dominical a la Santa Misa, rezar en familia, antes y después de los alimentos, se aprecia el amor con que sembró los bienes espirituales, familiares y educativos; ahora bien, sí las cosas en familia fueron problemas fuertes donde los hijos rebasaron a sus padres vivieron y quisa se viva entre rencores, desprecios, insultos y criticas ásperas contra los padres.
Dios Nuestro Señor a pesar de haber anunciado a sus discípulos en tres ocasiones que se avecinaba su muerte y dio detalles de como sería su pasión, crucifixión y muerte ¿Qué reacción tuvieron? Silencio al exterior, temor al interior, una palabra de consuelo no la hubo, preguntar porqué iba a morir así, no la hubo, saben que lo anunciado por el Señor es verdad a cumplirse, pudo más el miedo y callaron.

Jesucristo Nuestro Señor fue para sus discípulos el Padre amoroso que siempre vio por ellos, los alimento, vivieron en carne propia los asedios, críticas y hostigamientos de sus enemigos, los defendió de ellos cuando en varias ocasiones quisieron darle muerte, los confortó y tranquilizó, explicó las predicaciones que no habían entendido, las ocasiones que vieron y participaron de sus prodigiosos milagros, las dos milagrosas ocasiones que dio de comer a las muchedumbres que necesitaban ser alimentados, la aclamación del pueblo al llegar a Jerusalén en una palabra Cristo Nuestro Señor mostró en todo momento a sus discípulos su amor paternal y ellos reconociéndole como a su Padre lo escucharon decir: “Y respondiendo el Rey dirá: En verdad, os digo: en cuanto lo hiciereis a uno solo, el más pequeño de estos hermanos, a Mí lo hiciste”.

Ha hablado el amor paternal de Dios, sus discípulos escucharon que serán protegidos por Él y sí, debieron sentirse motivados, y si, se sintieron reconocidos, y sí, se sintieron intocables, y cuando vino en ellos la ostentación de ir en la barca con Él y dejar al pueblo en la orilla vino la tempestad donde estuvieron a punto de hundirse los salvo y reclamo su falta de fe todavía incipiente solo existía en ellos confianza en su Maestro, sin recapacitar en ello, los discípulos considerarían que toda la vida estarían al lado de su Maestro, no vislumbraron que los conducía como a párvulos enseñándolos a rezar, ayunan con Él, aprenden de su Maestro a ser humildes, luchan por ser caritativos con el prójimo como Él, escuchan su palabra y se conmueven de ello, al ser criticados por la gente del sanedrín, su Maestro defiende a los suyos y da razón justa de sus actos que no eran malos, obvio es hablar que de su parte aman a su Señor entrañablemente, quieren ser primeros por cumplir su deseo, están pronto a lo que pide, obedientes a su mandato como cuando recibieron su llamado “Ven y sígueme” lo atendieron de inmediato.

Pero como todo principio tiene un fin, en este fin el Señor les dará a conocer su paternal amor y comprensión a sus hijos más pequeños, mismo y único amor que hace en cada hijo creado por Dios.
Jesucristo Nuestro Señor da a conocer a sus discípulos su partida, les hace saber que a su resurrección gloriosa estará presente en la vida de cada uno y por consecuencia en cada alma y de la Santa Iglesia, avisa su segunda venida que será gloriosa, refiriéndose a ello San Agustín ilustra; “El tiempo que nos separa de ella parece largo, porque va poco a poco deslizándose; pero cuando haya terminado, veremos cuán corta ha sido en realidad” Da a conocer en sus hijos mas pequeños los consuelos que poniendo atención en ello debieran reparar su estado de tristeza y aceptar de corazón la separación de su Señor que se acerca, da relevancia al avisarles que pronto volverán a verle.

De forma por demás sencilla y cariñosa anuncia su próxima muerte, resurrección y apariciones.
“ Un poco de tiempo y ya no me veréis: y de nuevo un poco, y me volveréis a ver, porque me voy al Padre” El mundo se ha acostumbrado a que se habla de Dios Todopoderoso al que no ve porque no tiene fe en Él, por lo tanto esta ausente de la vida de cada persona se vuelve a las cosas del mundo y no deduce la razón de que sí Dios existe que hacer para tenerlo en el corazón que es su lugar preferido, dice San Pablo; ”una peregrinación fuera de Dios”.

Significa que quienes pasan por el mundo al no querer poseerlo y menos tenerlo en su compañía, viven en una noche cerrada para el espíritu que se refleja en tiempos largos de tribulación y soledad, desamparo y aflicciones.

Ese tiempo Dios Nuestro Señor lo permite para que viviendo aislados de Él llevar al punto de abrir los corazones a la esperanza, por ello refiere; “Ya no me veréis y de nuevo un poco”.
Habla su Divino Maestro a quien reconocen ser Dios y hombre verdadero, para demostrar nuestra debilidad, es muy posible que con su sola palabra habrían superado la duda, pero el Señor quiere despertar la fe sabiendo el amor que por el profesan obra caritativo, amoroso y paciente siempre dispuesto a escuchar de sus corazones la duda y el temor: “ Entonces algunos de sus discípulos se dijeron unos a otros: ¿Qué es esto que nos dice: Un poco y ya no me veréis: y de nuevo un poco, y me volveréis a ver y Me voy al Padre? Y decían: ¿Qué es este poco de que habla? No sabemos lo que quiere decir.” El Señor conoce lo profundo de los corazones lo que está guardado, y ve en el de sus discípulos la incomprensión de su partida y su vuelta; “Mas Jesús conoció que tenían deseo de interrogarlo, y les dijo: Os preguntáis entre vosotros que significa lo que acabo de decir: Un poco, y ya no me veréis, y de nuevo un poco, y me volveréis a ver” Ellos no sabían cuánto tiempo duraría su ausencia, nosotros lo conocemos pero en ellos era desconocido, sí tres días son breve tiempo, para ellos una incógnita, ha dicho tres días, pero no lo recuerdan, dijo resucitara y lo han olvidado, en ellos está la idea de que muriendo todo terminó todavía les falta tener más fe cuando se refiere a su resurrección busca despertar el letargo de su tristeza.

La palabra de Cristo Nuestro Señor no sólo son para confortar a sus discípulos, sino para mostrar esperanza de salvación a ellos y a los tiempos futuro, mostrando la diferencia entre la pena que se vive en él y los goces temporales: “En verdad, en verdad, os digo, vosotros vais a llorar y gemir, mientras que el mundo se va a regocijar.

Estaréis contristados, pero vuestra tristeza se convertirá en gozo” Da un ejemplo conocido sobre los dolores y sufrimientos de una madre al da a luz un niño; “La mujer, en el momento de dar a luz, tiene tristeza, porque su hora ha llegado; pero, cuando su hijo a nacido, no se acuerda mas de su dolor, por el gozo de que ha nacido un hombre al mundo.

“Así también vosotros, tenéis ahora tristeza, pero Yo volveré a veros, y entonces vuestro corazón se alegrará y nadie os podrá quitar vuestro gozo” ¿Quién quitará el gozo de vivir con Dios? Nadie en esta vida ni en la otra por ahí se vive con Dios Nuestro Señor.

Ahora el Señor habla que al volver a ellos vivirán la virtud del gozo cada quien en su interior, porque el alma está alejada de los atractivos del mundo, Todo gozo del mundo es escurridizo, sin exagerar es el veneno del corazón y del alma; el gozo de la gloria que ofrece Jesucristo Nuestro Señor a sus discípulos es en función a la vida eterna, dice de ello San Agustín; “Veremos, amaremos, nos gozaremos”.

Será el gozo que va al fondo del alma, a nuestra vida corporal y espiritual. Conociendo la conducta del Señor hacia las almas comprendemos que la prueba consuela en una continua sucesión de penas y alegrías, dejando de lado el gozo del mundo pasajero y engañoso.
hefelira@yahoo.com

 

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