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Es el reto diagnosticarla a tiempo

Al mismo tiempo que trabajaba en una dependencia de Gobierno asesorando pequeños negocios, Óscar Elizondo Escalante practicaba fisicoculturismo
martes, 25 de junio de 2019
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(Agencia Reforma) Al mismo tiempo que trabajaba en una dependencia de Gobierno asesorando pequeños negocios, Óscar Elizondo Escalante practicaba fisicoculturismo.

Pesaba 113 kilos, pero en 2015 comenzó a bajar hasta llegar a los 85. Meses después, en una consulta con el neurólogo le dijeron que tenía Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA).
El diagnóstico le llegó de una voz médica nada alentadora, pues le pronosticaban pocos años de vida.
Esposo y padre de dos jóvenes, Óscar, de 49 años, buscó opciones de tratamiento y encontró en Santa Catarina el Centro de Atención y Rehabilitación de Enfermedades Neurológicas, CAREN.
Desde hace un año, ahí toma diariamente terapias físicas, acuáticas y psicológicas, una fórmula de apoyo que, cuenta, ha sido clave para frenar el avance de la enfermedad que se caracteriza por problemas de movimiento y afectaciones en el habla.
"Con las terapias vas desechando el pronóstico y empiezas a ser feliz, día a día", afirma Óscar en una entrevista por el Día Mundial de la ELA.
"Claro, hay lapsos emocionales negativos, pero la lucha es continua, y vamos mejorando mientras sigamos con la terapia".
El diagnóstico de ELA llegó justo un par de años después de un fenómeno en redes sociales, el "Ice Bucket Challenge", en el que personajes famosos se retaban para echarse encima un balde de agua helada, lo que contribuyó a generar recursos para su investigación.
A partir de entonces, la conciencia sobre el ELA ha ido en aumento, apunta Francisco Alejandro Rodríguez Leal, neurólogo clínico del Hospital Zambrano Hellion.

Aunque todavía hay desafíos en los cuales trabajar.
"Como personal de salud nos falta mucha información de este tema", dice en entrevista.
"Siempre existen, por muchas razones, pacientes no diagnosticados, ése es el reto que tenemos que los casos sean diagnosticados en mayor número y más temprano para tener un impacto en la evolución de la enfermedad".
No hay cifras oficiales del número de personas con ELA en México, sin embargo, cifras de la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica indican que puede haber entre 5 y 7 mil pacientes.
La ELA suele confundirse con la Esclerosis Múltiple (EM), pero lo único que tienen en común es que son enfermedades neurodegenerativas, y algunos síntomas como la debilidad y rigidez muscular, la descoordinación de movimientos y la dificultad para mover las extremidades.
Sin embargo, la EM tiene también otros síntomas como problemas de visión, pesadez, temblores, pérdida de equilibrio e incontinencia urinaria.
Fundada y sostenida con la ayuda de benefactores de la Asociación Regiomontana de Esclerosis Múltiple y Esclerosis Lateral Amiotrófica, A.B.P., CAREN, a donde acude Óscar, atiende éstas y otras enfermedades de tipo neurológico.
Para este hombre, quien dice no haberse dado por vencido gracias a su fe, existen otros retos para estas condiciones, como el que las empresas incluyan laboralmente a los pacientes.
Lleno de entusiasmo, acaba de graduarse como licenciado en Administración de Negocios.

Su deseo es convertirse en asesor de pequeñas y medianas empresas.
"En mi experiencia haces más sin poderte mover porque tu mente se empieza a mover con la actitud".

 

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