REFLEXIÓN DOMINICAL
Antonio Fernández
Si esto pasa en personas mayores, mayor dolor en los niños al vivir la angustia por separarse de sus padres, cuando estos obligados deben ir al trabajo, en uso de razón, el niño ve que uno u otro se retiran de él para volver en meses, angustiados e inconsolables derraman lágrimas, su vocecita contagia a quienes los cuidan, el niño guarda en su corazón tantas cosas, que a la postre surgen resabios difíciles de resolver, al llegar a la edad de la adolescencia, su resentimiento es fuerte, no ven, que el sacrificio de sus padres fue sacarlo adelante, también ellos han padecido, al dejarlo en las condiciones en que lo dejaron, eso no se valora, el joven pierde el respeto a sus padres, no hay resignación, sino coraje, no escucha su consejo, ni atiende reglas de familia, ni evita las razones para no caer en pecado, por el contrario carga sus males contra ellos, los juzga sin tener derecho, en el jóven, la edad lo vigoriza, por eso no quiere entender, que quien en todo caso debe juzgar a sus padres es Dios, y nadie más.
La conducta humana vive las circunstancias propias de su naturaleza, estando en ella, la persona vive ofendido, no quiere comprender y por lo mismo no perdona a sus padres y al prójimo, el orgullo sobresale movido por la venganza, no piensa en la razón que causo la separación de los padres de los hijos; pero cuando alguno de los mencionados muere, la pena y el dolor agobian, y más, porque quien queda en vida o en casa sabe la razón y motivo de esa partida, haciendo del caído leña, iracundo critica al que murió sin consideración, no respeta su muerte, el delito de esa persona fue haber salido a buscar casa, vestido y sustento, no es dudar, muchos guardan con respeto la obra de sus padres.
Ahora bien, eso mismo sucede a los discípulos de Jesús cuando les anuncia su partida, a pesar de saber que Jesús es el Hijo de Dios en el que creen, no entienden la razón de su partida, habiendo escuchado de sus divinos labios; …“Os he dicho esto, para que cuando el tiempo venga, os acordéis que Yo os lo había dicho” …Impacta más a los discípulos quedarse solos al morir su Maestro, y temen, lo que han escuchado de Él: resucitará al tercer día, no lo aceptan porque para ellos es un enigma.
¡Qué difícil es creer y no tener el convencimiento! Por mas que nos digan, el entendimiento humano es corto, por sí mismo no puede salir de él.
Es muy posible, que Cristo Nuestro Señor así lo quiso, para que la venida del Espíritu Santo fuera mas esplendorosa, comprendida y entendida por ellos y para la posteridad de los siglos, también es posible mostro que las fuerzas humanas tienen para si un límite que no pueden pasar, se tendrá cuando se recurre a Dios Nuestro Señor.
Dios es todo para el cristiano católico, conoce como se encuentra el interior de cada uno de sus discípulos, intervino como Padre amoroso y paciente para explicar la razón de su partida, ya que estaban muy tristes ¡Sí! Estaban acongojados ¡Sí! Estaban desconcertados ¡Sí! Estaban agobiados ¡Sí! Se había derrumbado su ser quedando envueltos en su pesar, menos comprenden, su fe a ese instante es incipiente, creen en lo enseñado por su Maestro es verdad, pero lo relacionado a su partida no lo aceptan; así es el ser humano al carecer de fe.
Cristo Nuestro Señor impartirá la Catedra, que ante los pesares de las almas que lo aman, reaviva sus corazones para sacarlos de su dolor, y dispone su naturaleza divina a tender su divina mano en al alma que divaga, y busque la respuesta a lo que no entiende de la obra redentora de su Señor; paciente Él va al pecador cuando no encuentra salida al abismo en que se encuentra.
Cristo Nuestro Señor fue moldeando las almas de sus discípulos, dóciles a su enseñanza conocieron de Él su bondad, comprensión y paciencia, viviendo al lado del Señor todo conocían de Él, los consultaba, mostraba su amor dándoles a conocer su divinidad, para nuestra comprensión, vivir al lado de Jesús, es vivir al lado de Dios hecho hombre, así que la sensación interior y su corazón se gozaba mirarlo, escucharlo, dirigirle la palabra, responder a sus preguntas, apenarse por no tener respuesta, en una palabra, convivían en armonía bajo la mirada amorosa de Padre amante y suave, por eso, al dar a conocer su partida, vino en ellos desánimo y abatimiento que no podían dominar, por lo que dijo; … “Y ahora Yo me voy al que me envió, y ninguno de vosotros me pregunta; ¿A dónde vas?”…La voz de Nuestro Señor Jesucristo estimulante que nos dijo: …Mi Señor va a su Padre… Y respuesta: ¡Gloria a Dios! …Queda grabado saber que se iba, los deprimió en lo que debería ser gozo.
En efecto siempre atentos a dónde va el Maestro para acompañarlo, cumplir lo que Él disponía, ahora, su palabra no los atrae, han perdido el interés por lo que su Señor les ha dicho, no está fijo en sus mente lo que es de mayor interés, cayendo en la tristeza,, es importante comprender que lo dicho por el Señor, es verdad, es beneficioso y es conveniente que se separe de nosotros, les ha pedido piensen en la razón de que su Maestro parta a la presencia de su amado Padre, porque una razón poderosa: recibirán grandes y mayores bienes, por lo que les pide reaccionar, despertar, reactivarse, recuperarse en su palabra, pero;… “sino que la tristeza ha ocupado vuestros corazones porque os he dicho esto”…Así sucede cuando estamos alejados del Señor, metidos a las cosas del mundo, no se reacciona que muchas cosas no se dan, por más tenacidad que se ponga en ello, olvidando que no es en el esfuerzo propio las cosas que tenaces y orgullosos decimos: ¡Yo puedo! La enseñanza es muy clara: Atender la palabra del Señor, y entender cuando se presente en nuestros actos, dar gracias a su misericordia y seguirla hasta recuperarla para ya no perderla.
Así como dijo a los Apóstoles, así nos lo ha dicho, repasando aquellos momentos en que te atrancas en las cosas buenas o malas de la vida, quisieras retroceder, pero la soberbia maligna te enreda más, no deja razonar, no da tiempo a buscar otro camino porque se está desesperado en obtener lo que se quiere, pero cuando se atiende a la palabra de nuestro Salvador, es que se ha puesto en el corazón por su deseo el camino saludable que permitirá encontrar la orilla del mar tempestuoso en que nos hemos introducido, lo dijo a los suyos, y también al cristiano católico de todos los tiempos; …“Sin embargo, os lo digo en verdad: Os conviene que me vaya; porque, si Yo no me voy, el Intercesor no vendrá a vosotros, más si me voy, os lo enviaré”…La promesa de Jesús, enviar al Intercesor desde el cielo, para cumplir este mandato padecerá, morirá y resucitará, después ascender a la casa del Padre.
Refiriéndose Jesús al Paráclito; …Y cuando Él venga, presentará querella al mundo, por capítulo de pecado, por capítulo de juicio; “…Puesto el mundo en el banquillo de Dios a la venida del Espíritu Santo, lo va a convencer de ser esclavo del pecado, y que el Hijo de Dios, Nuestro Señor Jesucristo es justo, el demonio vencido y condenado eternamente, dice San Agustín; …” ¿Por ventura, no arguyó (explico) Jesús al mundo de pecado, de justicia y de juicio? Cierto que sí.
Mas para que entendamos que por el Espíritu Santo la caridad de Dios se ha difundido en nuestros corazones, y con ello hemos conquistado la libertad de argüir (debatir) con Cristo al mundo pagano, de justicia y de juicio” … El objeto a demostrar es el pecado, y el espíritu demostrará el pecado de la incredulidad, de donde dijo Jesús; … “por capítulo de pecado, porque no han creído en Mi” …Revelará que la incredulidad del mundo, en especial para el cristiano católico, convencerse de que hallará tropiezos y tentaciones de apartarse con duda recelosa de la fe en Cristo Nuestro Señor, es caer en la inclinación de nuestras debilidades perder los bienes espirituales, morales, familiares y personales, donde el demonio empuja, incita y conduce, a quien obrando de esta forma manifiesta su incredulidad, al no aceptar a Cristo Nuestro Señor como su salvador, al negarse escuchar su palabra de misericordia; …” ¡Porque el Hijo del hombre ha venido a salvar lo que está perdido “…Debiera agradecer la humanidad y corresponder a la benevolencia de Jesús haciendo suya su palabra, creyendo con fe en Él.
El Espíritu Santo muestra nuestra realidad, imposible justificar lo contrario, lo guardado en el corazón Él lo ve y juzgara.
Continúa el Señor; … “Por capítulo de justicia, porque Yo me voy a mi Padre, y vosotros no me veréis más”… Se demostrará al mundo ser culpable o inocente en este juicio, prueba de ello es cuando Jesús obra el prodigio de curar un mudo, los fariseos murmurando entre ellos dijeron; …“Por obra del príncipe de los demonios lanza los demonios”… El triunfo de su resurrección y su glorificación, son testimonios fidedignos e irrefutables de su naturaleza divina, y en ella se muestra su misión de Salvador;… “Por capítulo de juicio, porque el príncipe de este mundo está juzgado”…La muerte de Cristo Nuestro Señor ha sido la derrota y condenación definitiva del demonio y sus ángeles pérfidos.
Con lo anterior no quiere decir que ha quedado sometido, el va a la venganza, va a zafarse de esa condenación de su castigo, ciertamente jamás lo podrá hacer, le esta permitido obrar para probar la lealtad del cristiano católico, porque aquel que no lo es, de ese está seguro el Diablo porque son para él un camino conquistado, difícil modifique su vida y si lo hace, sabe cómo volver por ellos, dado que atados a su voluntad, el demonio impedirá la propagación del reino de Cristo, por eso ataca las almas de santidad, ataca las familias católicas que han cumplido con el sacramento del matrimonio, creando discordias y se rompa el vínculo del sacramento, induce al católico bautizado a renegar de su catolicismo al desvirtuar el sacramento del bautizo y el de la comunión y confirmación, cayendo en los engaños que le tiende se aleje de Cristo Nuestro Señor renegando de su fe, en ello el demonio busca romper la armonía con su Salvador, si el mundo anda perdido, quiere que los que no están, se pierdan, esos son sus principales objetivos: lograr su condenación, pero sus maldades se hundirán por su propio peso en definitiva, dado que Cristo Nuestro Señor ha triunfad en si mismo; los exhibió a la infamia, triunfando sobre ellos en la Cruz.
…“Tengo todavía mucho que deciros, pero no podéis soportarlo ahora”…Jesús nos muestra la medida de las cosas, así como a un pequeño no se le pueden enseñar cosas de los más mayores, porque no lo entenderán, así Nuestro Señor Jesucristo fue por decir dosificando la enseñanza a sus discípulos, pues recordemos, de ignorantes los hizo sabios, por lo que fue dando partes de su doctrina y promesas, que se guardó en su interior hasta a la venida del Espíritu Santo Consolador, hasta ese momento comprendieron lo que su Maestro les enseño, por ello es de apreciar, nuestra inteligencia tiene un territorio que termina, por que nuestra inteligencia es finita, y el límite que se tiene es el necesario para utilizarla en nuestra salvación, aunque otros la utilicen para otras cosas diferentes, ahí está.
Dijo Nuestro Señor; …“Tengo mucho que decirles” …Ahondando en su palabra, bien puede comprenderse, que nos diga; …En mi paso por el mundo te he enseñado lo necesario para la salvación del alma, a como vencer el pecado, domines la tentación, a cumplir mi doctrina y mandamiento de amor a Dios y al prójimo como te he enseñado y termines tu tiempo de prueba en este mundo …La misericordia de Dios es comprender que el Espíritu Santo completará lo que no podamos ser capaces de retener y la razón la da Jesús; … “Cuando venga Aquel, el Espíritu de verdad, Él os conducirá a toda la verdad, porque Él no hablará por Sí mismo, sino que dirá lo que habrá oido, y os anunciará las cosas por venir”…Y así como desapareció a ese momento en los apóstoles la tristeza y el Espíritu Santo a su venida dio los beneficios prometidos por Jesús; la sabiduría, el don de lenguas y demás bienes que los transformo de ignorantes en sabios propagadores de la doctrina de Cristo Nuestro Señor, así que la angustia y aflicción en ellos quedo como Jesús lo dijo de la mujer que da a luz, y el dolor padecido queda atrás por ha nacido un hombre…El mundo debiera agradecer ser conducido al conocimiento de la verdad, ya que solo estando en estado de gracia el alma tendrá los medios de conformar su vida, esta conducción del Espíritu Santo es a todos, un derecho a ganar para completar nuestra formación espiritual y de salvación.
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