REFLEXIÓN DOMINICAL

Antonio Fernández

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La Flagelación del señor

… “Entonces, les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de haberlo hecho azotar, lo entregó para que fuese crucificado “… (Mt 27, 26)
domingo, 25 de marzo de 2018
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¿Has visto un crucifijo? Dirás con convicción: ¡Si lo he visto! el despectivo dirá: ¡Si, los he visto! ¿Y qué? En algún momento ¿Te has detenido a observarlo? El primero afirmará, lo he visto en casa, en la de algunas amistades, al caminar por la calle lo veo en diferentes lugares, en la Iglesia los tienen grandes y detallado su rostro y cuerpo, ¿Qué más encuentras? se ve que está crucificado, tiene clavos en manos y pies, una lanzada en su costado, cinco sus llagas, debió padecer mucho, he escuchado que todo eso fue por nosotros, porque vino a salvarnos, y nos pidió amarle a Él y al prójimo, ¿Y qué has hecho para corresponder a ese sacrificio de morir por ti? Bueno, ir a misa todos los domingos, santiguarme en el que está en casa; ¿crees en Él? ¡Si creo! ¿O que más debo hacer? ¿Está bien lo que hago? o ¡no!; palabras más, palabras menos, así está la inmensa mayoría de almas que dicen ser cristianos católicos, su frialdad ha ido apagando la fe en Cristo Nuestro Señor, menos tener elevación espiritual, y menos repasar en el crucifijo, el significado de sus llagas, de las heridas en su divina cabeza causada por la corona de espinas, las heridas de sus rodillas que se hizo al caer sobre ellas en tres ocasiones, al llevar sobre sus hombros la cruz de nuestros pecados, si lo que está a la vista no se ve, menos se aprecia su divina espalda lacerada por un látigo; ahora vamos al segundo, esté con arrogancia dirá, mira tengo tantas cosas de estudio, de mi trabajo, los dos son muy tensos y debo estar concentrado, me levanto temprano y llego tarde a casa, no tengo tiempo de rezar, el viernes por la noche es mío, voy al antro a disiparme con las damas, relajarme con bebidas que me dan descanso y disfruto sin preocuparme del trabajo y la escuela, el sábado me levanto tarde, hago cosas mías y de la escuela, según los planes sigo con mis amistades, eso sí, por la noche continua la parranda hasta que el cuerpo aguante, tope en lo que tope; el domingo, de ir a Misa, un gentío, calor y si no desayuno estoy de malas, mejor no voy, los cuates no dejan de llamarme porque me invitan a seguirla en un paseo o a comer, ir al cine o a antros nuevos, terminamos que no sabemos cómo empezó porque los vinos y cerveza te hacer vivir deleites, reponiéndote de la “cruda” te vas a tus actividades de la siguiente semana, por eso, ir a Misa, y eso de rezar me quita mis ratos de esparcimiento; palabras más, palabras menos, muestran lo que conocemos y escuchamos en la gente mundanizada, paganizada y cada vez mas lejos del sacrificio cruento de Nuestro Señor Jesucristo, de su flagelación, pasión, crucifixión y muerte santísima, definimos, su sacrificio fue cruel, ofensivo e inhumano como implacable, soportar y tolerar tanto dolor, no habiendo la más mínima misericordia para el castigado injustamente.

Veamos la realidad que rodea nuestra vida en nuestro paso por el mundo, algunos o muchos dirán: que los demás sean incrédulos no me importa, que los demás vivan en adulterio, promiscuidad, sean amorales y perversos, halla ellos, habrán de rendir cuentas el día que mueran, todo es cierto, pero al tocar nuestro turno de morir y estar ante la justicia de Dios que diremos cuando nos diga; … “Porque tuve hambre y no me disteis de comer; porque tuve sed, y no me disteis de beber; era forastero, y no me acogisteis; estaba desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel, y no me visitasteis.

Entonces responderán: Señor, ¿Cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?” … Esto se llama ser creyente por encimita, lo que no comprendemos, al estar en ese momento ante Jesús, no se tendrá derecho a defensa, porque no la vamos a necesitar, así mismo veremos la realidad y verdad que reclama el Señor, se entenderá que defender o justificar, diciendo que obre de acuerdo a su doctrina y mandamientos, Él dirá, fuiste egoísta, te entregue el mandamiento de amar al prójimo como a Dios mismo, y no lo cumpliste, no aprendiste de mi parábola del samaritano, que soy Yo el que ayudo al herido en el desierto, está conducta hará que sea más grave el castigo, porque se está contradiciendo a Dios que me habla con la verdad de mis actos, en mi pensamiento caerá un látigo que me azota al escucharlo; ¡Mientes! Dios conoce lo que está en nuestra mente, sentenciará con justicia al timorato y prudente, indeciso y temeroso, al soberbio maligno, al impío descreído suspicaz y al hereje sarcástico y virulento, si los que vino a salvar no lo ven así, callarán al escuchar a Dios cuando dice; …”En verdad, os digo: en cuanto habéis dejado de hacerlo a uno de éstos, los mas pequeños, tampoco a Mí lo hiciste “… Quedamos impactados, hay tantos actos disimulados que hacemos todos los días y no reparamos en el daño que causamos al prójimo, al que Jesús ha pedido amarle como a Él mismo, no hacerlo es perder los bienes que nos entrega, ¿Le es difícil al ser humano corregir sus errores? Quizá lo haga, pero corregirlos por sí mismo está muy lejos de lograr, y más espinoso cuando alejado de la ayuda de Dios no ve y entiende el error que vive su cuerpo inducido por el demonio, concluye la sentencia de Cristo Nuestro Señor; …” Y estos irán al suplicio eterno, mas los justos a la eterna vida “…
En cierta ocasión, al sacar mi mascota a paseo, emocionado porque estábamos por salir de casa, se puso delante de mí, accidentalmente me dio un pisotón en un dedo de mi pie, como pisada de adulto, él no se dio por enterado, dirán, la mascota es grande, no es mediana, pero me lastimo; sirva de ejemplo para que el entendimiento nos permita ver una realidad que no vemos; todos nuestros actos Dios los ve, buenos y malos, de los primeros se goza, de los segundos se duele, y no nos damos cuenta de la tristeza que causamos a su corazón, por estos últimos, ve que entre más graves son los pecados, más dolor y preocupación padece, dueño de cada alma, por la que entrego su cuerpo, su preciosísima sangre, su alma y divinidad para que esta se salve, vive el instante de que su obra no fructifica en ese hijo suyo, al no tomar el camino de la bienaventuranza eterna, porque sus actos van en sentido contrario, si Cristo Nuestro Señor fuera como somos en nuestros sentimientos de flaqueza, diría a su Padre; …Padre mío de que ha servido entregar mi sangre en Getsemaní, la flagelación, y mi pasión… La misericordia y paciencia del Señor no va a crear en Él un resentimiento contra nosotros miserables pecadores; preguntamos; ¿El pecador ve su error? ¡Claro que lo ve! Sabe que el mundo lo envuelve le ata y arrastra, no le da tiempo a recapacitar la voluntad de salvación y de la gracia, que ha perdido, buen esfuerzo será detenerlo por amor a Dios, y discernir que Cristo vino a redimirme, con su sola palabra lo habría hecho, pero no es ese el camino, Dios ha creado al ser humano a su imagen y semejanza, su perfección está en cada uno, por lo que cada uno habrá de activar los bienes depositados en él y comprender, Dios quiere que pase por el mundo, por eso, el padre envío a su Divino Hijo a esta obra, pero el ser humano involucrado en cosas vanas, su corazón no permite discernir que Cristo Nuestro Señor sufrió y padeció en su paso por el mundo, así lo quiso para que viéndolo padecer por nuestra salvación, comprender que así expresa su amor por cada alma.


Cristo Nuestro Señor desde su nacimiento inicio a pagar los pecados de la humanidad, incluido en ese pagó los pecados del pueblo judío, por todos, el Hijo de Dios derrama su sangre preciosísima que fluye de su cuerpecito generosamente, es la sangre de Dios y hombre, con ella lava la iniquidad de nuestras ofensas pecadoras, cita el Evangelio; …” Habiéndose cumplido los ocho días para su circuncisión “… Acto en el que derrama por primera ocasión su preciosísima sangre, llevado al templo de acuerdo con la tradición judía al octavo día de su nacimiento, es por demás meditar los dolores que vive su cuerpecito con que inicia su proceso redentor, al ser circuncidado, vive el suplicio que continuara en la flagelación, pasión, crucifixión y muerte culminando con el triunfo esplendente de su resurrección, mientras esto sucede, desde temprana edad vive el dolor que vino a pagar por salvar la humanidad, así como María la Madre Inmaculada estuvo al pie de la Cruz en la soledad de Jesús, así en este momento lo estrecha en su regazo y consuela las lágrimas amorosas de su Hijo, buscando calmar no el dolor, sino la angustia en el corazón del Niño Jesús, que avizora la incomprensión, indiferencia e infidelidad humana, por ello María en oración elevada al cielo pide a Dios, por el dolor que padece su Hijo.

Jesús manifiesta a la humanidad de los siglos que siendo Dios cumplió la obligación al enseñarnos a cumplir las que tenemos para amar y servir a Dios y al prójimo.


Vamos al segundo derramamiento de la preciosísima sangre de nuestro Redentor, nos ilustran los Santos Evangelios; …” Jesús llegó con ellos (discípulos) al huerto de Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, mientras voy allí y hago oración” … Eleva la oración más sublime escuchada no solo en el mundo o el universo, sino en el cielo, el Sagrado Corazón de Jesús ruega intensamente al corazón de su amado Padre, la súplica más sublime que jamás se ha elevado a Dios diciendo; …” Padre mío, si no puede esto pasar sin que Yo lo beba, hágase la voluntad tuya “… ¿Qué expresa el Hijo amado a Dios su Padre y a la humanidad de todos los siglos? … ¡Padre Mío, te ruego que tu voluntad de salvar a los hombres (humanidad) para la que me has enviado se cumpla sin reparar en lo que a Mí me cueste! ¡Sí para cumplirse es necesario que Yo muera, que Tú voluntad se cumpla! … cristiano católico, recapacita el estado de tu alma; …Y responde ante el Señor; las pruebas de mi vida Señor, cúmplase tu voluntad… La fe mueve a aceptar su voluntad; el timorato dirá: ¡Yo mejor le busco sin comprometerme! Ilustra el Santo Evangelio este momento de nuestro Redentor; el estremecimiento de su divino cuerpo no hizo palpitar su corazón, lo sacudió y la presión de su sangre corre a velocidad e incontenible, es el apasionamiento que lo hace temblar no de miedo sino el dolor de ver que la humanidad a la que vino a salvar del pecado, y por la que padecerá, ensoberbecida de su Yo se aleja de su misericordia.

Los santos padres nos hacen reflexionar; …Su sudor se hizo como gotas espesas de sangre que caían en tierra, comenzó a sudar sangre, que afloraba de su cuerpo sin detenerse…Jesús derramo en este momento de su oración al Padre más sangre que la derramada en su flagelación, pasión, crucifixión, y las últimas gotas que brotaron al retirar el soldado la lanza de su costado, de ello atraigamos al corazón y guardemos, lo que San Agustín nos deposita del suyo para que le amemos más que él lo amó; ...” Me llamaste y clamaste, y quebraste mi sordera; brillante y resplandeciente, y curaste mi ceguera; exhalaste tu perfume, y yo lo aspire, y ahora te anhelo; gusté de ti, y ahora siento hambre y sed de ti; me tocaste, y deseo con ansia la paz que procede de ti” …
En la flagelación y las llagas de Cristo Nuestro Señor, encontramos la malicia del pecado que le condenó sin haber cometido alguno, al sufrir muerte tan cruel e ignominiosa para satisfacer la justicia divina, no la humana, reconociendo de nuestra parte, como fue en Él la prueba de amor que nos entrega, al sufrir como hombre los dolores del martirio para mostrar a nuestro corazón el exceso de su amor.

Escuchemos a Pilato; …” Estando, pues, reunido el pueblo, Pilato les dijo: ¿A cuál queréis que suelte, a Barrabás o a Jesús, el que se dice Cristo? Porque sabía lo habían entregado por envidia “…” Y gritaron todos a una: Quítanos a éste y suéltanos a Barrabás “…” Dijoles Pilato: ¿Qué haré entonces con Jesús, el que se dice Cristo? Todos respondieron: ¡Sea crucificado! “… “Y ellos gritaron todavía mas fuerte: ¡Crucifícalo! “… “Y por tercera vez les dijo: (Pilato) ¿Pero, ¿qué mal ha hecho esté? Yo nada he encontrado en Él que merezca la muerte.

Lo pondré en libertad, después de castigarlo “… Entonces suelta a Barrabas, lavándose las manos frente al pueblo dice; …”Yo soy inocente de la sangre de este justo “…, Eso hizo enardecer mas el clamor del pueblo, que delirante es agitado por los sacerdotes, escribas y fariseos que al escuchar a Pilato se ensoberbecieron de tener ya el logro de su maldad, San Mateo inspirado por el Espíritu Santo, escribió, lo que dijo el pleno del pueblo; …”¡La sangre de Él, sea sobre nosotros y sobre nuestros hijos¡ “…Y termina el enjuiciamiento de Jesús, e injustamente Pilato ordena; …”Entonces, les soltó a Barrabás” …La humillación a la divinidad de Cristo Nuestro Señor no pudo ser más, un ladrón y criminal, aborrecido por sus delitos, a cambió del Redentor Justo, sin delito que perseguir, sin pecado; modelo de pureza y bondad, sublimidad y generosidad, a cambio lo ruin y abominable del homicida mezquino.

Dice el evangelista; …” Y a Jesús, después de haberlo hecho azotar, le entregó para que fuese crucificado “
Preguntamos por segunda vez; ¿Has visto un crucifijo? ¿Has visto su cuerpo de frente? ¿Alguna vez ha venido a tu mente como se encontraba al momento de ser clavado en la cruz su divina espalda? Te diré, llagada e inflamada, hinchada, amoratada y hasta violáceas sus heridas.

A la orden de Pilato, la Centuria de Legionarios guardia del Pretorio se reunieron diciendo entre ellos; …Estos quieren un rey, le haremos una corona de espinas… Y la hicieron, entonces proceden; …A su rey hemos de castigar… Cristo Nuestro Señor quedo entre la infamia de dos pueblos: el romano (el mundo) y el judío, como hoy lo tenemos entre pecadores, siendo el verdadero Rey de todos.

La soldadesca agitada por la parodia de burla a representar, toman a Jesús y lo despojan de sus ropas, atando sus manos a la columna con fuerza, y para que pueda asirse a ella dejan una extensión corta de la soga para que pudiera sostenerse, inicia el tormento, los soldados escogidos para flagelarlo utilizan un flagelo con varias cuerdas anudadas causaran más lesión y el mayor dolor posible, uno a uno bebía un trago de vino, tomaba distancia, y acicatea el látigo sobre la divina espalda del Justo, ¿Cuántos serian? Ni al caso buscar, la realidad es que su divina espalda quedo desecha, y la sangre brota sin cesar, surgiendo un hilo de sangre donde volvían a recaer los nudos del látigo, así pagó Jesús por los pecados de sus verdugos e instigadores como de nosotros los miserables pecadores, ahí está el amor de Jesús en todo su esplendor, ¿’Que más podemos pedir? Solo perdón.

Este es el escenario donde Jesús fue castigado injustamente por ordenes del que afirmo a viva voz al pueblo judío; …” Yo nada he encontrado en Él que merezca la muerte” … Entonces Pilato, si para ti juez de justicia del imperio romano es inocente, ¿Por qué fuiste incongruente en tu actitud, al disponer arbitrario?; …” Lo pondré en libertad después de castigarlo” … ¿De qué castigo te refieres? Para que haya un castigo se necesita un delito, ¿Dónde esta el delito del Justo? Ahora bien, si para ti no había delito que castigar, por que cambias la decisión como Juez que eres, y lo entregas para que fuese crucificado.

A esto esta sujeta la humanidad, a la injusticia del que tiene en sus manos hacer justicia, solo Dios no obra así porque es la Excelencia justa, supremo Legislador de cielos y tierra, en Él viviremos la justicia al final de nuestra existencia.

Los que azotan a Jesús, se burlan y mofan y le crucifican son los soldados romanos, y los pecadores de este siglo a cuyo poder se entregó la Victima divina, y que los jefes religiosos de Israel creyeron era victoria, cuando se avecina la Resurrección del Señor.

Jesús soporto los tormentos por redimirnos del pecado, y tan fáciles que somos para cometerlo; Jesús soporto el castigo injusto por nuestra salvación, y tan frágiles y débiles para vencer la tentación; ¿Podre soportar con paciencia las humillaciones que a diario recibo?, Sea la flagelación del Señor la gracia santificante, la fe, esperanza y caridad robustezcan mí alma y mi cuerpo. Así sea.
hefelira@yahoo.com

 

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