REFLEXIÓN DOMINICAL

Antonio Fernández

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Cinco panes y dos peces

...“Tomó, entonces, Jesús los panes, y habiendo dado gracias, los repartió”… (Jn 6, 11)
domingo, 11 de marzo de 2018
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Desde el instante que el Hijo de Dios es depositado por el Espíritu Santo en los brazos de María Virgen en la cueva de Belén, inicia el camino de la misión dispuesta por Dios su Padre que vino a cumplir, siendo la culminación de su obra redentora en la Cruz del Calvario ahí entrego su cuerpo, sangre, alma y divinidad, rescatando y liberando del pecado las almas a Él confiadas.

Para ello, Cristo Nuestro Señor predico y atrajo las muchedumbres con las que se reunió en las diferentes regiones de Israel, a escuchar su doctrina, el mandamiento de amar a Dios por sobre todas las cosas, y al prójimo como a Él mismo, dio a conocer en muchos momentos su divinidad de Hijo de Dios al pueblo y a sus enemigos, no lo reconocieron su salvador; a pesar de ello, la misericordia divina perdona, remedia los pecados, y conforta el sufrimiento en las almas, socorre al necesitado espiritual y corporalmente, aquellos que tuvieron la oportunidad de escucharlo, y estuvieron cerca de Él, lo veían con claridad, su voz entraba a sus oídos, nunca hicieron comentario de no escucharlo, o por la distancia no lo alcanzar a verlo porque está muy lejos, para las muchedumbres fue claridad y atención a lo que oían de su enseñanza, eso sí, sorprendidos de sus milagros querían ver más, como si la obra de Dios fuera un espectáculo, querían ver más para hacer para hacer comentarios morbosos y murmurar de su divinidad.

Jesús conoce de cada uno lo que tiene en su pensamiento, en el interior de su corazón, ya que siempre está en buscar en las almas la fe en Él; profundiza el interior a descubrir si su palabra penetraba su corazón, si creían que Jesús es el Hijo de Dios, pocos reconocieron su divinidad, pocos creyeron en Él, y pocos los que le seguían e hicieron todo lo posible de cumplir los deseos de su divino Maestro, de donde es la profética palabra de Jesús; …“Porque muchos, son llamados, más pocos los escogidos”… Esos pocos es la semilla sembrada sobre la tierra fértil de su alma, acumulan la doctrina en su corazón, y así como el fertilizante actúa en la tierra hasta que fructifique la semilla; para llegar al fruto que Cristo Nuestro Señor deseo en sus discípulos, hubieron vencer su rudeza y falta de preparación, arrebato y brusquedad; a la Ascensión de Jesús a los cielos, la semilla dio fruto con la venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles, hasta entonces se recorrió en ellos la tela que oscurecía su mente, ahora la fe y la sabiduría era basta en cada uno, así de ignorantes los hizo sabios, de pescadores de peces los hizo pescadores de almas, cumpliendo la obra Apostólica a ellos encomendada los llevo a conquistar naciones y almas a través de los siglos, el fuego de su fe y amor a Cristo Nuestro Señor, hizo madurar la semilla en los primeros siglos del cristianismo derramando su sangre millares de mártires.

¿Qué hay en la obra de Jesús Hijo de Dios, para que las almas se entreguen y soporten persecuciones? ¿De dónde nace en el cristiano católico esa entrega? No vamos a crear explicaciones, Cristo Nuestro Señor la dio en su peregrinación por el mundo a los de su tiempo y a la posteridad de los siglos, su palabra conforta al cristiano católico en sus humanas preguntas, es requerirse así mismo creer que Cristo es Hijo de Dios, sin ello, quede claro, la palabra de Jesús no se comprenderá ni entenderá el sentido de su enseñanza, solo perseverando en acrecentar la fe y confianza en Él, escuchar con pasión y recogimiento, podrá guardarse en el corazón la fuente de meditación, que da la perfección del alma; …“Soy Yo el pan de vida; quien viene a Mí, no tendrá mas hambre, y quien cree en Mí, no tendrá más hambre, y quien cree en Mí, nunca más tendrá sed”… Dios marca el sublime camino al cristiano católico, al que ha dado el punto vital, el punto trascendental y el punto a la esencial razón de la vendida de Cristo Nuestro Señor a redimirnos del pecado, por lo que al escucharlo, es agradecer su fidelidad al Padre, conociendo el valor espiritual de su mandamiento, para que las almas reciban humildes en alimento espiritual, el cuerpo de su amado Hijo, por eso la insistencia de Jesús, es creer en Él, porque al recibirlo en la intimidad del alma es vivir la fe, vivir a Cristo Hijo de Dios, vivir el gozo cuando se recibe en el alma su cuerpo, sangre, alma y divinidad, apartándose el cristiano católico del mundo, se concentra en alabar y bendecir el instante que eleva el alma al Señor, dando gracias a tan gloriosa majestad, de dignarse venir al miserable pecador, a tender su mano de misericordia.

El que por su esfuerzo vence, las acechanzas del demonio, logra hacer su alma de santidad, para que este momento de recogimiento y sumisión, viene Nuestro Señor Jesucristo bajo las especies de pan y de vino, es ofrecido y recibido, porque esta real, verdadera y substancialmente (infinita y sin restricción) presente en el cuerpo, sangre, alma y divinidad del Señor; reconociéndose el cristiano católico un miserable pecador al recibir a Dios en su corazón, sabiendo no tener los merecimientos para ello, pero vive en la esperanza del Padre su reconciliación; es la oportunidad de convertir el alma en una fortificación donde prevalezca el deseo de salvación, el alma conmovida hace gozar su corazón entregada a la voluntad de Dios.

Jesús va a manifestar su divinidad para que en el pecador aumente la fe, en su prodigioso milagro de la multiplicación de los panes, da los primeros pasos ha instituir el Sacramento de la Eucaristía, siendo participes sus discípulos para ellos en su momento proceder de la misma forma el bien a las almas, reciban la buena nueva de salvación, fortalecer, reconfortar y robustecerlas espiritualmente.

¿Y nosotros los cristianos católicos de este siglo? El camino está trazado, seguir a Cristo, escuchar su palabra, cumplir su mandamiento, su doctrina el medio de vencer la tentación, seducción e incitación, no perder los bienes de la gracia conquistados, conservar la pureza de alma al recibir a Jesús en la Eucaristía, anidar en el corazón su mandamiento: …“amar y servir a Dios y al prójimo” ... Jesús conmovido ve el interior de cada persona que compone la muchedumbre que lo sigue desde hace días, conoce el estado anímico, el esfuerzo por no perder su enseñanza, percibe que han terminado sus raciones de alimento, han estado mucho tiempo escuchando a su Maestro, tan elevada a estado su alma que no repararon en tomar alimento, por ello el Señor enternecido; …“Vio una muchedumbre, y tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas sin pastor”… La gente que seguía al Señor de condición humilde, sabe que necesitan las fuerzas físicas para caminar, y volver a sus hogares hacer su trabajo, ellos también saben que son carentes de necesidades espirituales, por eso, al escucharlo su alma se tranquiliza, al ver la esperanza de salvación es para que cada uno la haga suya, no es exclusiva a una clase como se imponía el sanedrín el derecho para mantener subyugado al pueblo de Israel.

Jesús motiva a aprender de su doctrina, a no ofender a Dios y por si mismos granar el reino de los cielos. Por ello, la historia del mundo, descubre cada siglo la continua compasión misericordiosa del Señor, a las almas que han pasado, están y vendrán al mundo.

La más alta trascendencia es la fe en que Jesús Hijo de Dios fue encarnado en el seno de María Virgen, su Pasión, muerte y resurrección, por este camino abrió para todos los seres humanos, las puertas del Reino de Dios.


Jesús en su omnipotencia obra los pasos con prudencia a la institución de la Eucaristía, así cumplir el deseo de su amado Padre, de nuestra parte, aprender el celo de la obediencia del Hijo al Padre, así debiera de nuestra parte el amor, respeto y obediencia hacia nuestros padres y superiores.

Expone el Evangelista…“Pasó Jesús al otro lado del mar de Galilea, o de Tiberíades. Y le seguía un gran gentío, porque veían los milagros que hacia con los enfermos”… Cuando el ser humano se aleja de Dios, este pierde el conocimiento de la verdad, como hoy es realidad en este siglo, se cree como verdad lo que es malo, y lo malo como bueno, aunque sea error.

La muchedumbre sigue a Jesús en todas partes no porque crean en su divinidad, sino por los comentarios de sus milagros, de los que ha dicho Jesús; …“¡Si no veis signos y prodigios, no creeréis!”…Sólo confirmaban la autoridad de Jesús al predicar, lo escuchan, esperando el milagro, estos no son necesarios para fecundar la fe, una vez mas es tener presente, la fe viene de aceptar la palabra de Jesucristo, de creer en Él y la credulidad en cada alma, porque Dios pone los caminos para llegar a ella.


El gozo de vivir la disposición que ve Jesús en la muchedumbre, es jubilosa alegría en el Señor con los suyos de tan esplendoroso cuadro, dijo el Evangelista; …“Entonces subió a la montaña y se sentó con sus discípulos.

Estaba próxima la Pascua, la fiesta de los judíos”… El evangelio explica la razón de tanta gente en los caminos y poblaciones camino a Jerusalén, algunos han recibido con aceptación la palabra de Jesús al ir a celebrar la pascua judía.

Este pasaje de la vida de Jesús, sucede exactamente un año antes de pasión crucifixión y muerte, antes del sacrificio del Cordero Pascual, esto es, antes de terminar las celebraciones, por lo que de su prodigioso milagro participan muchos que venían de tierras lejanas.

El pecador arrepentido debiera aprender de ellos e ir hacer guardia en el confesionario a la espera del sacerdote, esto es el Tribunal de Dios. Continuando; …“Jesús, pues, levantando los ojos y viendo que venia hacia Él una gran multitud, dijo a Felipe: ¿Dónde compraremos pan para que éstos tengan que comer?”… Jesús enseña, antes de obrar, es necesario pedir a los neófitos su comentario, así valorar la fe.

Veamos en este comentario la compasión misericordiosa de Jesús, conociendo la situación de la muchedumbre, antes de obrar lo que solo Él puede hacer, detiene un instante su obra, y da lugar a sus discípulos deseando saber lo que piensan del estado de la muchedumbre, en especial a Felipe para instruirlo que no es de Dios dejar a su suerte las almas necesitadas de Él; …“Decía esto para ponerlo a prueba, pues Él, por su parte, bien sabía lo que iba a ser”… Amoroso es el Señor, ante la pregunta, Felipe se ve obligado a declarar la carencia que todos ven, ello da mayor esplendor al milagro, pues si no hubiera hecho la pregunta, el milagro no tendría el efecto deseado por el Padre; …“Felipe le respondió: Doscientos denarios de pan no les bastarían para que cada uno tuviera un poco”… Queda manifestado claramente, humanamente no hay la condición de alimentar la multitud, las posibilidades eran remotas, estaban lejos de poblaciones donde cada quien podía conseguir provisión, todo esta como Jesús lo deseo para mostrar su divinidad, y en nosotros enseñarnos, que aunque las cosas de la vida pecadora nos tienen abrumados y encerrados, el sin solicitárselo, por la fe que se guarda en el interior, interviene para dar la mano de su misericordia y retirarnos del fango que ahoga; Jesús da mas de lo que se le pide, sacude el corazón apartado de Dios, para retornarlo a la casa del padre, recibirlo como en la parábola del hijo prodigo, el consuelo del padre al hijo que se había perdido; así nosotros miserables pecadores nos da vida en Él, y para Él.
…“Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Pedro, le dijo: Hay aquí un muchachito que tiene cinco panes de cebada y dos peces.

Pero ¿Qué es esto para tanta gente?”… La afirmación de Andrés hace más clara la necesidad de alimentos y de que no lo había, lo reunido era una pequeña cantidad para tanta gente, Jesús lo conocía, por ello dice el evangelista; …“Él por su parte, bien sabía lo que iba hacer” … Quiere la aportación del pobre manjar: cinco panes y tres peces, falta ver la calidad de ellos, que no seria alimento de los pudientes, era de la gente pobre, eso quiso Jesús que así fuera, para demostrarnos que en la sencillez y pobreza está el gozo que deberíamos buscar, y no en las comilonas de cuaresma donde no se comerán carnes rojas, pero si hay unos banquetes de mariscos preparados en una y mil formas para fomentar la gula y no la abstinencia, que Jesús hace dos mil años, hoy iba a la mitad de su ayuno de cuarenta días.

Por la multiplicación de los cinco panes y dos peces, Jesús nos pide para la cuaresma, que Él reconocerá esa abstinencia, y esos alimentos humildes, porque quien así obre, se identifica con Cristo padeciendo por nosotros.

Quizá canse repetir este comentario, que se hace de una y otra forma, porque se olvida, repetido, la conciencia ayuda a mantener el mandamiento del ayuno y abstinencia, por ello, esos cinco panes y dos peces es escuchar al Señor cuando amoroso pide: …“Cuantas veces hiciereis esto hacedlo en memoria mía” …
…“Mas Jesús dijo: Haced que los hombres se sienten.

Había mucha hierva en aquel lugar. Se acomodaron, pues los varones, en número como de cinco mil”…Vino la obra de Jesús que tenía preparada; …“Tomó, entonces, Jesús los panes, y habiendo dado gracias, los repartió a los que estaban recostados, y también del pescado, cuanto querían”… San Juan Crisóstomo el Patrono de los predicadores instruye; …“¿Por qué Jesús, tomando el pan en la mano, levanta los ojos y bendice? Es necesario creer que Él tiene origen del Padre y es igual al Padre y tal igualdad la demuestra Él obrando con poder” …Ha multiplicado los cinco panes y dos peces, porque la bendición de Dios todo lo puede, y cada uno los peces no ceso de aumentar, y los discípulos en recibir del Señor, entregar a cada persona de los cinco mil el alimento, muchos pedirían más y más entregaban, fueron testigos de la obra que solo Jesús Hijo de Dios hecho hombre puede realizar, lo vieron, lo palparon y hasta lo comieron, clara quedo su divinidad ante sus ojos la obra del Señor, y todavía habrá un año más en que el Señor se esforzará por que la fe aumente, este prodigioso milagro lo olvida la fragilidad humana, que hace olvidar lo que se vivió y se ha visto afectada su existencia, pasada la situación se vive lo que sigue y en nada se recuerda o evita lo pasado.

Jesús sorprendió a la muchedumbre, comprenden que Jesús los alimento con sus poderes, pero ellos en vez de aclamar su divinidad, el celo del poder, empieza a confabular para llevar al Señor a Jerusalén y proclamarlo Rey aprovechando la celebración de la Pascua judía, fiesta instituida en memoria de la liberación de Egipto, así intentaron trastocar el bien espiritual recibido de Dios, veían en Jesús no al Mesías glorioso, sino al Mesías en el orden temporal que los sacudiría del yugo romano.

Continua Jesús antes de retirarse, da instrucciones para que quede confirmada su obra prodigiosa; …“Cuando se hubieron hartado dijo a sus discípulos: Recoged los trozos que sobraron, para que nada se pierda”… Todo lo hizo Jesús con cinco panes y dos peces, motive nuestra fe a ser humildes de corazón.
hefelira@yahoo.com

 

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