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Paraliza nevada a Moscú

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Camiones y máquinas quitanieve son utilizadas para retirar la nieve de las calles. Foto: EFE
Una feroz tormenta invernal sepultó hoy la capital rusa bajo un manto de medio metro de nieve, provocó la caída de dos mil árboles, uno de los cuales mató a una persona, paralizó el tráfico y obligó a cancelar decenas de vuelos.
domingo, 4 de febrero de 2018
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EFE
Moscú, Rusia (04 febrero 2018).- Una feroz tormenta invernal sepultó hoy la capital rusa bajo un manto de medio metro de nieve, provocó la caída de dos mil árboles, uno de los cuales mató a una persona, paralizó el tráfico y obligó a cancelar decenas de vuelos.

"Esta nevada ha traído el mayor número de precipitaciones de toda la historia.

El máximo anterior se registró en 1957", informaron los servicios meteorológicos de Moscú.

Se espera que al final del día la nieve supere ya los 60 centímetros, el doble de lo habitual para el invierno ruso, a lo que se suma una brusca caída de las temperaturas, que alcanzarán esta noche los 13 grados bajo cero.

Entre el sábado y las primeras horas de hoy habían caído ya 23 milímetros de nieve, lo que suponía un 64 por ciento de la norma mensual, que se verá superada mañana, según los pronósticos.

"Lamentablemente, las inclemencias ya dejaron víctimas.

Una persona murió (el sábado) debido a la caída de un árbol. Según los últimos datos, ya hay cinco heridos", dijo Serguéi Sobianin, Alcalde de Moscú.

El Alcalde advirtió que el tiempo empeorará en las próximas horas, por lo que recomendó a los moscovitas, especialmente a los conductores, que tengan sumo cuidado.

"Según los pronósticos, el tiempo va a empeorar.

Se espera una gran nevada y viento huracanado de unos 20 metros por segundo. Aconsejo mantenerse alejados de árboles y postes de electricidad", añadió.

Sobianin estimó en más de 2 mil los árboles caídos en las últimas 48 horas debido a la nieve y el hielo, lo que ha provocado destrozos en viviendas, coches y mobiliario público, y cortes en el transporte público.

Los transeúntes tienen muchas dificultades para caminar por las aceras, que están flanqueadas por montículos de nieve de más de un metro de altura, tanto en las afueras como en el mismo corazón de la urbe de doce millones de habitantes.

En la Plaza Roja, las excavadoras, camiones y máquinas quitanieve trabajan para limpiar su adoquinado.

Ante la mirada curiosa de los osados turistas, que viven una auténtica odisea para llevarse una foto de recuerdo, un tractor retiraba la nieve de las inmediaciones del mausoleo de Lenin, cuyas puertas están hoy cerradas.

Desde un extremo de la plaza apenas se divisaban las nevadas cúpulas de la catedral de San Basilio y lo mismo ocurre con el reloj de la torre Spásskaya del Kremlin, cuyas almenas no eran hoy rojas sino blancas.

Las nevadas no sólo han dificultado la vida de los moscovitas, ya que decenas de miles de personas también quedaron sin electricidad en las regiones de la zona central de la parte europea de Rusia.

 

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