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Crecer para arriba

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ESTE edificio ubicado en la calle Porfirio Díaz tiene décadas abandonado y sólo la planta baja está ocupada por una papelería.
Otras ciudades medias del país se convierten en imanes para los grandes capitales nacionales e internacionales, se transforma su infraestructura urbanística y empiezan a crecer de manera vertical, hacia los cielos.
domingo, 21 de enero de 2018
Por: Jesús Rivera
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La Prensa/REPORTAJE

Otras ciudades medias del país se convierten en imanes para los grandes capitales nacionales e internacionales, se transforma su infraestructura urbanística y empiezan a crecer de manera vertical, hacia los cielos.
Las ciudades capital, como Victoria, Nuevo León y Guadalajara, por ser la sede de los poderes políticos de cada entidad, atraen a los inversionistas que buscan hacer negocio con las obras públicas.
Hay otros grandes núcleos, que son las ciudades conurbadas, donde se entremezclan el tema de los negocios y el turismo.
Reynosa tiene la condición de ciudad conurbada.
De hecho, según el último censo, la población del Municipio supera ya los 700 mil habitantes.
Se considera que Reynosa es el centro geográfico de una extensa área conurbada que abarca el municipio de Río Bravo, en el lado mexicano y las poblaciones de Mission, McAllen, Hidalgo, Pharr y Dona, en la frontera sur de los Estados Unidos, con una población cercana al millón y medio de personas.
McAllen, con menos de 135 mil habitantes, cuenta con varios edificios corporativos que le proporcionan un skyline distinguible.

(Skyline: Panorama urbano o línea urbana).
Reynosa, por el contrario, es la ciudad de los edificios abandonados, de los gigantes de concreto que tienen escasa o poca funcionalidad.
Es por eso que podemos ver, por ejemplo, una masa de seis pisos localizada en la calle Aldama con J.B.

Chapa, de la Zona Centro.
El edificio, que en un principio estaba pensado en funcionar como hotel, es ahora refugio de malvivientes.
Desde su terminación, hace aproximadamente treinta años hasta la fecha, ha estado abandonado.


Tampoco se sabe sobre las condiciones físicas o estructurales que presenta actualmente; la humedad acumulada por décadas en sus paredes y columnas representa un riesgo alto de colapso.
Cerca de ahí, en la calle Zaragoza, entre Guadalupe Victoria y Escobedo, el edificio de ocho plantas, propiedad de un doctor de origen chino llamado Alberto Arévalo.
El Dr. Arévalo construyó la torre pensando en crear un centro médico de primer nivel, sin embargo, las inversiones nunca llegaron y los consultorios apenas se llenaron en las dos primeras plantas.
Las seis restantes permanecen solas.
Sobre la calle Porfirio Díaz, entre la Pedro J. Méndez y la Madero se ven dos torrecillas de siete pisos.

En una se ubica el Hotel Rey, con apenas el 10% de ocupación y la otra es sede de un instituto educativo que tiene la planta baja.
Desde varias cuadras de distancia sobresalen del resto de las construcciones no solamente por su altura, sino por el estado de abandono en que se encuentran.
Para algunos especialistas, como Alejandro Puebla Gutiérrez, se hace necesario el crecimiento vertical en ésta ciudad.
Apenas en el mes de noviembre pasado, Puebla Gutiérrez y un grupo de urbanistas de talla internacional disertaron sobre las nuevas políticas de crecimiento, dentro de la Semana del Desarrollo Urbano que se llevó a cabo en esta ciudad.



CRECIMIENTO VERTICAL
La mayoría de los despachos de consultoría sobre desarrollo urbano sustentable están de acuerdo en que el crecimiento vertical de las ciudades es lo más deseable.
La facilidad para contar con los servicios públicos como el agua, el drenaje sanitario, la electricidad, internet y otros, es mayor cuanto más al centro de las ciudades se ubica una edificación.
Además, existe una tendencia mundial en la que cada vez más personas vivien en las ciudades y menos en el campo.
Reynosa está catalogada en el país como una ciudad de tamaño medio.
Será el mejoramiento de las vialidades, de la infraestructura urbanística y de las facilidades que den las autoridades, lo que permitirá atraer a los inversionistas de primer nivel, como en su momento ocurrió con Monterrey, con Puebla o Guadalajara.
Con una población real de más de 800 mil habitantes, no ha sido capaz de sustentar una industria propia, y los grandes corporativos con sus altas y brillantes torres se van a otras zonas conurbadas que ofrecen mejores condiciones.
En el 2014, en el marco del II Foro REgional de Sustentabilidad que se llevó a cabo en Cancún, la pregunta que se hacían los más prestigiados urbanistas era: "¿Hacia dónde vamos?", en relación con el crecimiento de las ciudades grandes, pero también de las zonas conurbadas, como Reynosa.
"El tener una ciudad más compacta existe mejor aprovechamiento del territorio, menos expansión a zonas de selva u otros ecosistemas aún en buen estado de conservación, y mayor densidad de población por kilómetro cuadrado.

En el esquema de ciudad vertical es más sencilla la proveeduría de agua, energía, recolección de residuos y tratamientos de aguas residuales, y el costo es menor.

Hoy en nuestras ciudades, los Ayuntamientos hacen inversiones millonarias para poder llevar servicios públicos a zonas urbanas de nueva creación muy alejadas de los centros urbanos", se señaló en ese foro.
Reynosa sigue con su crecimiento horizontal.
Vemos que los edificios abandonados fueron un intento de crecimiento vertical que de alguna manera abortó.
Apenas recientemente, alrededor del 2010, se han construido algunas otras edificaciones de mediana altura, como los hoteles One y Hampton Inn, de once plantas cada uno.

 

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