Oficinas de las Naciones Unidas. /EFE

La ONU ha permitido la proliferación de casos de acoso y agresión sexual contra sus empleadas en sus oficinas de todo el mundo, en las que se ignora a las víctimas y los agresores operan con impunidad, de acuerdo con una investigación divulgada este jueves por The Guardian.
El diario británico contactó a docenas de trabajadores y ex empleados de la Organización de Naciones Unidas, quienes describieron una cultura del silencio dentro de su estructura y un sistema fallido a la hora de respaldar a las víctimas.
De los trabajadores entrevistados, quince empleadas aseguraron haber experimentado o denunciado situaciones de abuso sexual o agresión en los últimos cinco años, que van desde el acoso verbal hasta violaciones, según el reportaje.
El medio señala que siete de las mujeres denunciaron formalmente haber sido víctimas de por lo menos uno de los delitos, aunque los propios empleados de la organización consideran que la denuncia es una vía poco común para las personas que sufren los abusos por el temor a perder su empleo o ante el convencimiento de que no se adoptarán medidas adecuadas para subsanar la situación.
"Si denuncias, tu carrera prácticamente se acaba, especialmente si eres asesor", indicó de manera anónima una de estas empleadas, la cual confesó haber sufrido acoso por parte de un supervisor dentro de la organización mientras trabajaba para el Programa Mundial de Alimento.
Por su parte, Naciones Unidas ha admitido que considera preocupante el hecho de que incidentes de este tipo no se lleguen a denunciar, al tiempo que recuerda que el secretario general, António Guterres, ha dado prioridad a abordar el acoso sexual y a mantener una política de tolerancia cero contra dichas prácticas.
The Guardian pudo hablar con trabajadores de la organización internacional de más de diez países diferentes, bajo la condición de mantener su anonimato, de entre los cuales tres mujeres que denunciaron haber sido víctimas de acoso sexual revelaron que, desde entonces, habían perdido sus empleos o les habían amenazado con la rescisión de sus contratos el pasado en 2017.
En cambio, según la investigación, los supuestos agresores continúan en sus puestos de trabajo.
Una de las afectadas, quien denunció que fue violada por un superior del personal mientras trabajaba en una localidad remota, afirmó que pese a presentar evidencias médicas y a contar con testimonios de testigos, una investigación interna llevada a cabo por la organización concluyó que no había pruebas suficientes para respaldar su acusación.
Además de su empleo, la mujer perdió además su visado y pasó meses hospitalizada debido al estrés y el trauma de lo ocurrido, según relató al periódico británico.
En otros documentos internos a los que tuvo acceso el medio, otras dos mujeres expresaron su preocupación ante la indagación interna a cargo del equipo de la ONU, ya que lamentaron errores en la transcripción, filtraciones de las investigaciones y el hecho de que no se entrevistara a testigos clave en los casos.
The Guardian informó que Naciones Unidas ha sido criticada desde hace tiempo por no investigar de manera adecuada los hechos de este tipo y de explotación sexual, perpetrados por las fuerzas de paz a su cargo contra quienes deben proteger, y grupos de activistas han lamentado la supuesta cultura de impunidad en las oficinas de la organización.