REFLEXIÓN DOMINICAL

Antonio Fernández

San Anselmo, Doctor de la Iglesia, catequiza a los siglos; …“Creo para entender” …Quede claro, que en todo hijo de Dios y más en el cristiano católico: quien no cree, nada va a entender, y es posible que por su inteligencia desmenuce y deduzca con acierto las cosas del mundo, pero la que viene de Dios sino existe en ella la fe nada va a creer y se quedará en tinieblas.

Jesús guía para llegar por la fe a Él que es la verdad, el camino del pecador así mismo lo hace estrecho, porque no existe en el Señor nada escabroso o engañoso, por eso cuando el pecador decide hacer suya la doctrina de Jesús, la fe motiva y lo mantiene alejado de los obstáculos que puedan apartarlo de la vía de salvación.

La enseñanza del Obispo de Canterbury San Anselmo, hoy es una voz en el desierto, escuchada por pocos los consuela e ignorada de muchos que viven en la desolación pecaminosa del siglo, lo que obliga a reflexionar en la sencillez de su contenido que invita a meditar y buscar el alimento espiritual preguntarse; ¿Creo en Dios? o afirmar ¡Creo en Dios! La luz del entendimiento conduce a creer y tener fe en Dios, la obra redentora de nuestro Salvador, lleva no a entender por encimita sino ir a fondo a ganar la eternidad, San Anselmo inspirado por el Espíritu Santo alienta y estimula la fe del cristiano católico, a ver su realidad; …” Venid, hijos, escuchadme, y os enseñare el temor de Dios” … ¿Qué dice en ello? Obrar bien en nuestro paso por el mundo camino a la eternidad, viviendo en el corazón temor de ofender a Dios; temor de caer en pecado; temor de ser tentado por el demonio y olvidarse de Cristo; temor de agraviar su divinidad; temor de despreciarlo y deshonrarlo en la Santa Misa o indiferencia al recibirlo en la Eucaristía; temor de despreciar al prójimo al que Jesús pide amar y servir como a Él mismo; temor de no cumplir su mandamiento; temor de ir contra su Realeza, y todos los temores que fluyen de la inseguridad del incrédulo, aunque el pecador diga no me interesa perder lugar en la presencia del Señor, su actitud ofende a Dios y su conducta prójimo, pero él que lucha por no ofenderlo, vive en continua lucha interior, teme que por una ligereza pierda la gracia por la que ha luchado, malgastando su presencia ante Dios.

La conciencia acicatea el alma a obrar bien y evitar el mal, a pesar de ello, el ser humano adolece de remordimiento, su negligencia ha hecho que pierda el valor espiritual del arrepentimiento.

El pecador que acepto el choque interior, lo convierte en una pelota de pin-pon, a cada golpe va de un lado a otro sin control, en el pecador la fuerza de la conciencia atrae, la del temor somete y reprime.

¿Cómo resolver conflicto tan obstinado? La luz de la fe es semejante al faro en un mar tempestuoso, su luz guía el barco para llegar a puerto, cuando esto sucede en el pecador, significa que ha recapacitado su infundado temor a Dios, llegando al punto que la luz va clarificando en su corazón la gracia guardada desde la niñez en su interior, aflora mostrando al pecador el engaño de sus temores, que muchos consideran ciertos, donde millones de almas viven diariamente una vida en desorden espiritual, es de entender que son portadores del mal moral que pesa en el interior de su alma, pesa en su existencia su infinidad de mentiras y engaños, fingiendo su maldad, ese corazón no tiene paz ni tranquilidad interior.

Si la humanidad de este siglo disperso por los cinco continentes, se detuviera un instante a verse en el espejo su realidad, apreciaría el bien espiritual de frenar el furor de su incredulidad y el bien de reconciliarse con Dios su Creador, animado por el ardor apasionado que vivifica al cristiano católico, vencerá el temor que el demonio infunde en el pecador cuando este intenta acercarse a Dios, dice San Anselmo;…” Haz te lo ruego, Señor, que yo sienta en el corazón lo que tocó con mi inteligencia”…
El pecador angustiado busca amparo y protección, ¿Por qué lo busca? Porque en el Señor encontrará el amor que él abandono, y no perdió; el amor que al perdonar recupera el tiempo perdido; el amor que, hablando al corazón, dice: … ¡Hijo mío! Estas perdonado …Arrepentimiento y perdón dos tesoros que se acumulan en el cielo.

El pecador exaltado por la fe, vive la pasión que dispone su alma y ora; …Señor, sin ti no podré salvarme, por si solo no venceré mis temores; ¡Señor ayúdame! ¡Ya no quiero ofenderte!… Acudiendo a Jesús con fe y humildad su misericordiosa bondad, se encontrará en Cristo al Buen Pastor, que, con delicadeza paternal, lleva a las ovejas perdidas sobre sus hombros a su redil.

Dios pide ser amado y servido con limpieza de corazón. El problema del temor de Dios, da camino al pecador a buscar una salida falsa arrastrado por los falsos profetas.

¿Cuántas veces no escuchamos de nuestros padres cuando hijos? ¡No quiero que andes con ese muchacho, es mala compañía! o aquella otra; ¡Deja esa amistad! Ese que dices es tu amigo es mayor que tú, ¡Aléjate de él!; si se tomo en cuenta a regañadientes la recomendación de los padres, bueno habrá sido el resultado, mas sino fue así, lo que hoy se vive es consecuencia de no haber escuchado en tiempo; ahora vuelve a repetirse el pasado en el presente, se alerta a los hijos con el mismo propósito, y poco o nada de valor tiene en el hijo la advertencia de sus padres sobre las malas compañías, a los que Jesús los llama falsos profetas.

La recomendación viene de Dios Nuestro Señor. Jesús se adelanta los acontecimientos, refiriéndose al cristiano católico; y a todo hijo de Dios; previene del falso profeta la mentira de su falsa doctrina, como una amenaza permanente, su labia melosa y engañadora en palabras sutiles, se asemeja a la víbora cuando prende su presa e introduce en ella el veneno mortal; así, el falso profeta careciendo de principios, con su palabrería persuade y envuelve, no deja razonar, entra al pensamiento y se apodera del corazón, aunque se le demuestre al engañado los errores del gurú, que sus embustes son calumnias falsas y su estafa de falso profeta lo ha engañado, no reacciona, aferrado al falsario que lo tiene atrapado, acusa a quien le demuestra su equivocación dice: …El equivocado eres tú … Quedando como falso el bien que obra la salvación que Jesús promete, a esto y mas va la pasión del engañado por el falso profeta, su doctrina le hace perder el sentido de la verdad y quien busca hacer el bien, queda como mentiroso, y la maldad del falso profeta como verdad, nada hay de extraño, el mundo de este siglo XXI, vive en la mentira de los falsos profetas.

Dios Nuestro Señor persistente en su alerta: …el Demonio no descansa en envolver una y otra alma creada por Dios, que es su odiado adversario ... Jesús hace de su prevención una enseñanza primordial.

Los falsos profetas no son cosa nueva, han existido como parte del mal desde el Antiguo Testamento, hoy no es la excepción, la diferencia es que ahora es como si todos los falsos profetas de cada siglo estuvieran reunidos en este siglo donde proliferan en número y maldad, son la cizaña sembrada al lado del trigo que Jesús enseña en la parábola.

Cristo los descubre como seductores que cautivan con su hablar mutilando la doctrina del Señor, por ello dijo; …” Guardaos de los falsos profetas, los cuales vienen a vosotros disfrazados de ovejas, mas por dentro son lobos rapaces” …El llamado de Jesús va a el corazón, la obra del buen Pastor es proteger sus ovejas de esos mercenarios, a los que nada importa sus ovejas, porque su interés es perderlas.
Jesús, Padre amoroso da los medios a sus ovejas para que no sean rodeadas, y eviten sean encerradas con engañosas palabras o poses de aparente piedad, devoción y conocimientos, que disfrazan sus contradicciones la doctrina de Cristo, al que dicen servir, otros mas virulentos, se disfrazan de bondadosos para socavar el corazón que ama a Dios, su actitud aparenta lo que no son y ocultan lo que son.

Viendo a los tiempos a pesar de nuestros latrocinios, la misericordia de Dios está en su palabra de prevención siempre latente, pero pocos se afirman en ella, la inmensa mayoría como no hay fe no la vive ni la percibe y pasa desapercibida, anuncia San Pablo; …” Porque tales no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino al propio vientre, y con palabras melosas y bendiciones embaucan los corazones sencillos” … Antes de ser llamado San Pablo por el Señor desconocia los falsos profetas, cuando conoce la acción de estos al realizar la obra apostólica por el mundo, predica con fuerza contra la maldad de ellos no solo a los de su tiempo, sino que la advertencia va a las generaciones por venir, poniendo a descubierto la cerrazón del pecador que se ha dejado engañar de los falsos profetas.

La bondad del Señor en estos engañadores siempre es claro y evidente en ellos, a pesar de urdir contra Jesús, revive más en el corazón del falso engañador su palabra, entre más acusan al Señor, más se arraiga, más sonora es en su interior la voz misericordiosa que entra a su conciencia, por la profecía del Rey David, aunque no la conozca, Jesús la deposita en el corazón del falso profeta quien entiende hay en él un llamado a la reconciliación;…”Venid hijos y oídme; os enseñare el temor del Señor”… Pero su cerrazón la hace de lado, cegado por la molestia se hace sordo a la realidad: Cristo única verdad de salvación.

En la mente del falsario está la luz, pero continua en tinieblas; ¿Qué da entender el Señor en la profecía? …Hijos míos, la misericordia divina es suya, mi benevolencia es suya, mi generosidad sin limite es suya, mi amor por las almas es suya, que pido en correspondencia; amar a Dios mi Padre y al prójimo, depositar su fe y confianza en las manos de Dios, y su providencia divina sabrá mantendrá bienes en las almas …
Si el que engaña fuera claro y dijera lo que guarda en sus entrañas; ¡Vengo a engañarlos! La respuesta seria por demás imaginar, la gente reaccionaria molesta y diría; ¡Vaya desfachatez de este, decir que viene a engañarnos! Sabe el engañador esta reacción, pero no le importa que sean graves las consecuencias para su persona decirlo, avezado en el engaño miente, expresa con dulzura y suavidad sus argumentos y razones, los que presenta como eficaces, no contradice, da la respuesta que quieren escuchar, ablanda la fe poco a poco hasta que, por engaño llevar a renegar de Cristo Nuestro Señor, por ello dijo; …” Los conoceréis por sus frutos.

¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos?” … En efecto, lo cierto es que la luz de la verdad es claridad y resplandor del alma, sinceridad y pureza de intención; el engaño: mentira, toda mentirá es una fantasía mental, artilugio, falacia y calumnia, alarde, arrogancia y soberbia maligna, iniquidad oculta, el Señor nos da entender: …Lo blanco es blanco, lo negro es negro, no hay termino medio, el fruto del hombre debe ser fruto de salvación;…”Quien no está conmigo, está contra Mí, y quien no acumula conmigo desparrama”…El destino del cristiano católico es afirmar su fe en Cristo;…¡Si me quiero salvar! El incrédulo: ¡No me quiero salvar! Bueno pregunta; ¿A que he venido al mundo? Al darle vuelta a la pelota de la vida, se concluirá: a salvar mi alma del pecado, dijo el Señor; …” ¡Quien tenga oídos, oiga!” …Desea que su palabra se grabe en la mente, despierte la cerrazón echando lo oculto del corazón.
El empeño de Jesús es que su palabra no muera en el corazón del cristiano católico, quiere que perdure en su existencia terrena; quiere que se reconozca en Él al verdadero Maestro que instruye, esclarece y enseñanza, y sentencia; …” Asimismo todo árbol bueno da frutos sanos, y todo árbol malo da frutos malos” …Los frutos del falso profeta son malos, están echados a perder, pasados y pésimo sabor, aspereza no buena.

Enseña Jesús a rechazar esa verborrea, afirma San Pablo la palabra de su Maestro;…”Si uno enseña otra cosa y no se allega a las palabras saludables de nuestro Señor Jesucristo y a la doctrina que es según la piedad, éste es un hombre hinchado que no sabe nada, antes bien tiene un enfermizo afecto por cuestiones y disputas de palabras, de donde nacen envidias, contiendas, maledicencias, sospechas malignas”…La falsa profecía del engañador que proliferan en el mundo, sus dichos y obras descubren su falsedad que se encuentra donde menos se imagina, no hay porque escandalizarse, es la prueba del Señor en los suyos, para afirmar la doctrina de Jesús en palabra, obra y pensamiento.
Jesús graba en el alma, corazón y los sentidos del cristiano católico su palabra contra la debilidad y flaqueza humana, a no dejarse envolver con la palabrería hueca del falso profeta, dijo; …” Un árbol bueno no puede llevar frutos malos, ni un árbol malo frutos buenos” …Su palabra son de lógico entendimiento a mantenerse en ella, según la gracia santificante que el alma a ganado.

Jesús adoctrina, cada árbol tiene su naturaleza y da los frutos que le son propios, ir contra la naturaleza al creer que lo malo dará fruto bueno, por ello repasando su enseñanza dijo; …” Todo árbol que no produce, buen fruto, es cortado y echado al fuego” …El mal debe cortarse de raíz, no podarlo, no dejar raíz que vuelva a producir malos frutos en el hombre bueno, cultivando la espiritualidad para obrar frutos que conforten el alma de quien su proceder sea acorde con su conducta, no obstante, Nuestro Señor Jesucristo deja impresa la señal a que se reconozca la maldad y falsedad del profeta inicuo y engañador; …” De modo que por sus frutos los conoceréis” …El amor del Señor por las almas, es salvación, desgrana su enseñanza en tantas formas para que la inteligencia humana las asimile y guarde sea guía de salvación, volvemos a San Pablo, con sencillez da a conocer lo que habremos de apreciar en esos falsos profetas, dice;…”Porque vendrá el tiempo en que no soportarán mas la sana doctrina, antes bien, con prurito(ansia) de oír se amontonarán maestros con arreglo a sus concupiscencias (sensualidad) apartaran de la verdad el oído, pero se volverán a las fabulas”…De donde comprendemos, la sentencia verdadera cuando Jesús increpa los falsos profetas del sanedrín y los que al paso de los siglos estarán sus engaños en el mundo ¡Hipócritas! En sus míseros labios se atreven a poner el nombre del Señor; …” No todo él que me dice: ¡Señor! ¡Señor! Entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre celestial” …La sentencia de Jesús, es la dulzura del corazón amante de las almas, a las que invita adherirse a Él como hijos de Dios, y sea toda la gloria para el Padre y nada para nosotros aceptando: Cristo única verdad de salvación.
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