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Levanta la pasión

La mayoría de las veces la inapetencia sexual obedece a problemas psico-emocionales.
martes, 6 de junio de 2017
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(EFE) Cuando el deseo de hacer el amor entra en declive, impulsado hacia abajo ya sea por la crisis económica, la rutina o el aburrimiento de la pareja, el estrés de la vida cotidiana u otras situaciones desalentadoras, sólo queda una opción: hacer todo lo posible por devolverle la fuerza que tuvo, ¡e incluso más!

“Uno de los interrogantes más frecuentes en muchas parejas que antes ardían uno en los brazos del otro es: ¿qué hacer cuando la pasión se enfría?, ¿cómo se puede recuperar el deseo?”, señala Francisca Cuenca, psicoterapeuta y experta en temas de pareja.

En opinión de la experta, la mayoría de las veces la inapetencia sexual obedece a problemas psico-emocionales, como los conflictos o incomunicación en la pareja, el tedio o la rutina en las relaciones.

Las importantes caricias

“Hay que besar y acariciar el cuerpo de nuestra pareja. Cuando ésta comience a “levantar temperatura”, se le agite la respiración y quiera pasar a la acción, incluso hay que hacerle esperar un poco más.

Al alargar los preliminares, aumenta el deseo y la excitación y cuando llega el momento de la unión, ésta resulta mucho más placentera”, comenta la sexóloga.

“También es importante aprender a acariciar al otro con sensualidad. Se trata de amar todo el cuerpo de la otra persona, acariciarla sin prisa ni pausa, pasar las manos por cada rincón de su anatomía”, añade Cuenca.

“Todas las partes del cuerpo –y no sólo los dedos- sirven para acariciar: se pueden utilizar el pelo, los labios, la lengua o incluso el aliento para proporcionar caricias especiales.

Abrir y cerrar los ojos sobre la cara, el cuello y otras partes del cuerpo del ser amado, acariciándole y haciéndole cosquillas con las pestañas, multiplica la pasión”, matiza la psicóloga.

“En materia amorosa es fundamental cultivar la espontaneidad -agrega Cuenca-. Las normas rígidas y la repetición son enemigas del erotismo y la excitación.

Nuestra sexualidad es muy amplia y personal, y la apagamos si la confinamos en una serie de recetas, normas o situaciones previsibles y repetidas”.

Para la especialista, en vez de caer en una excesiva rigidez de hábitos que nos impidan disfrutar, hemos de procurar improvisar situaciones que resulten excitantes para ambos, con una buena dosis de espontaneidad e imaginación.

 

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