Jaime Elio Quintero García

Déjeme y le Platico de un Libro

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MÁS TEMPRANO QUE TARDE

domingo, 7 de mayo de 2017
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Efectivamente, más pronto que después resultó lo que mucho se había estado sosteniendo, las promesas populistas y falsas de Donald Trump, van cayendo una a una, inexorablemente, y eso que destruir siempre ha resultado más fácil que construir.

Primero, los programas sociales de salud creados por su antecesor. Después, el muy sonado muro en la frontera sur; enseguida, el presupuesto de egresos 2017, luego, las deportaciones masivas, la guerra contra Corea del Norte, y muchos otros absurdos temas de campaña, que ciertamente lo hicieron ganar, pero que también lo están haciendo caer día a día al vacío, sepulcro final de todos los líderes fascistas.
Hoy, amigo lector, quiero compartir con usted algunos comentarios respecto al muro y los recursos para financiar su construcción, incluso y porqué no, un poco de la estructura financiera del presupuesto de egresos 2017, que finalmente lo ha puesto de rodillas ante el congreso, principalmente por los múltiples intereses económicos y políticos que allí convergen y le dan gobernabilidad a la Unión Americana.
La tarde-noche del lunes primero y el amanecer del martes 2 de mayo, el desorientado soberbio 42º presidente, puso rodilla en tierra y aceptó el documento que la Cámara de Representantes de la Unión Americana le envió como decreto ley, para su promulgación y posterior ejecución.
No sin dejar de decir, lo que el día jueves pasado vino a reconfortar un poco su maltrecha figura política: al conseguir, con cuatro votos de diferencia en la cámara de representantes, quitar el nombre y cambiar algunas, las más ciertamente, de las denominaciones con que cuenta la mencionada ley de salud, cosa que poco se menciona en los medios pero que está presente en el respectivo decreto.


Para ejemplificar esto, y al margen del sentido de este texto, es más o menos lo que sucedió en México cuando el presidente Peña Nieto derogó el decreto (del ejecutivo), con que se había creado el Programa Prospera, para cambiarlo por el de Oportunidades, y hacerlo coincidente con una visión de gobierno integral.
Así funciona la división de poderes en las democracias liberales y de derecho.

Tuvo incluso como estrategia, el presidente Trump, que inventar una amenaza inminente de guerra contra su muy inferior enemigo, Corea del Norte, para quitar de la agenda mediática la investigación que se le sigue por sus relaciones con Rusia (Vladimir Putin), misma que lo estaba llevando de manera sigilosa y efectiva, a la posibilidad de un juicio político, por conspiración e interferencia electoral.


Créame amigo lector, que no estoy exagerando, así de sueltas y amenazantes están las cosas en la Casa Blanca y los ocupantes del Capitolio de Estados Unidos, lugar donde finalmente radica el poder y el ejercicio del mismo.

El otro, me refiero al judicial, es aún más autónomo e independiente, casi ajeno a las rabietas del presidente Trump, quien a duras penas accedió a proponer como ministro a un prestigiado y reconocido juez, de tendencia republicana, pero muy bien visto tanto en el Senado como en la Suprema Corte de Justicia, para salvar, esta vez, el riesgo de quedar en ridículo al proponer a otro jurisconsulto.
Posterior a su fallido intento de quitar fondos a los programas de salud, para transferirlos a la construcción del muro sur, la verdad afloró y se supo que el mencionado proyecto, sigue su paso, al ritmo que la cámara de representantes aprobó hace casi ocho años, aceptando transferir, esta vez, algunos recursos del programa de infraestructura, a la contratación de 3% más de personal de migración (patrulla fronteriza), y al equipamiento tecnológico de la misma.
Son muchas las diferencias reales y más de facto existentes entre la política, la administración pública y la administración, asociación y planeación empresarial y de negocios.

Los gobiernos no pueden ni deben además, funcionar como las empresas, siempre el bien común se refleja y cobra verdad y hechos en el Estado y sus instituciones, y el gobierno es una muy importante de ellas.
Las críticas y ataques que las coberturas mediáticas le hacen a los gobiernos, gobernantes y clases políticas, en buena medida son válidas y obligadas por necesidad conceptual, mas ciertamente que se deben, por razones de funcionabilidad del propio sistema político, entender como luchas por influir en las decisiones del poder, y nada más de eso.

Por tal razón (que no argumento) los medios, todos, forman parte del poder.
Causa por la que las mismas empresas de buscadores en internet, están formando sus propios códigos de ética comunicacional, a fin de discriminar en los medios digitales, lo que a su juicio, son comunicados falsos, sospechosos o faltos de principios.

Es decir que son o podrían convertirse en una amenaza a la verdad y la moral pública.
Lo invito amigo lector, a que se dé un tiempo y busque en la información pública, la redacción del decreto presupuestal, y en las notas y glosa de los grupos parlamentarios, las razones por las que se aprobó el presupuesto de egresos de Estados Unidos 2017, con la estructura actual.

Lo que desde luego no acepta la Casa Blanca y su director de presupuesto, y tratan de mal informar a los medios, para hacer creer al público que la negociación fue un éxito para el presidente Trump y sus asesores.


GRACIAS POR SU TIEMPO.

¿Sabía Usted?
Mr. Kuinkelly

Otra innovación científica de jóvenes orgullosamente mexicanos: se trata de tres ingenieros de Baja California, que unieron sus conocimientos en biología y electrónica para crear una pulsera para medir la glucosa, desplazando a la molesta aguja que tradicionalmente utilizan las personas que padecen diabetes para medir su nivel de azúcar en la sangre, el cual deben controlar.


Mire usted, la relevancia de este invento: en el mundo hay 45 millones de personas con diabetes, y cada seis segundos muere una persona con la enfermedad.

En México, aproximadamente 11 millones la padecen y se calcula que cada año 300,000 personas son diagnosticadas con la enfermedad.
Al encender el dispositivo, consistente en una pulsera que como su nombre lo indica desde el pulso, realiza lecturas de azúcar en sangre, a través de biosensores de glucosa no invasivos denominados ‘B-myWatch’, los cuales obtienen lecturas precisas de los niveles de azúcar en tiempo real a través de la piel, sin necesidad de una gota de sangre.

El resultado se puede consultar desde una aplicación móvil, permitiendo observar y programar las lecturas futuras de glucosa, para poder llevar un control.
Actualmente, el problema que enfrentan los creadores de este brazalete es la poca credibilidad de los inversionistas, que aún no confían en la efectividad de la pulsera, la cual tiene el mismo porcentaje de error que el glucómetro común, de 20%.

Si no lo sabía… ¡Créalo porque es cierto!

 

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