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Riesch ganó su segundo oro

Al obtener la prueba de slalom gigante
viernes, 26 de febrero de 2010
Por: Agencia/Red
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VANCOUVER --

Las condiciones climatológicas no eran las ideales, pero la esquiadora alemana Maria Riesch se sobrepuso a ellas para lograr su segunda medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Invierno, al obtener la prueba de slalom gigante.

Riesch, quien ya tenía oro en el súper-combinado, marcó un tiempo en las dos mangas de 1 minuto, 42.89 segundos en una prueba que se corrió a pesar de la nevada que cayó en las colinas de Whistler y que volvió muy complicada la prueba para todas las participantes.

Tanto fue así que la estadounidense Lindsey Vonn, quien ganó medallas en los dos primeros eventos alpinos, se volvió a estrellar y ahora tiene tres eventos en fila en los que no puede concluir.

Riesch, quien ratificó que es una de las mejores en el slalom en el mundo, fue seguida por la austríaca Marlies Schild quien ganó la plata y por la checa Sarka Zahrobska que tomó el bronce.

Con este resultado, Alemania ha ganado ya tres de los cinco eventos alpinos para mujeres y está en la cima del medallero con nueve medallas de oro y 27 totales, una más de las que tienen Estados Unidos, Noruega y Canadá.

Riesch, que después de haberse proclamado campeona olímpica en supercombinada, repitió oro en el slalom, le arrebató a última hora la corona predestinada a su gran rival y amiga Vonn, en las pruebas de esquí alpino.

Riesch, que lideraba la prueba tras la primera manga, impuso su calidad en la bajada definitiva, en la que marcó el tercer mejor parcial y capturó su segundo título olímpico, al ganar con 43 centésimas de ventaja sobre la austriaca Marlies Schild que, tras pasar la anterior temporada en blanco por una grave lesión, confirmó su total recuperación con una sobresaliente medalla de plata.

La campeona bávara, de 25 años, lideraba tras la primera manga con cuarenta centésimas sobre la checa Sarka Zahrobska, campeona mundial de la disciplina hace tres años en Are (Suecia), que amarró en el acto decisivo y se conformó con convertirse en la primera medallista olímpica de la República Checa en esquí alpino.

En el primer acto perdió toda opción Lindsey, la que muchos vaticinaban sería la gran protagonista de unos Juegos que iban a ser los de "Vonn-couver", pero que, tras ganar oro en descenso y bronce en 'súper', protagonizó su tercera salida de pista, después de las de la combinada y gigante, prueba en la que se rompió el meñique de la mano derecha.

La campeona de Minesota llegó tocada a Canadá, después de lesionarse la espinilla derecha en un entrenamiento a principios de mes en Austria, y en Whistler volvió a hacerse una nueva avería en el gigante, que la dejó bastante mermada para una prueba como la de hoy en la que se atacan los palos con el exterior de la mano.

Vonn ya era doble campeona mundial y doble ganadora de la Copa del Mundo, competición que encabeza esta temporada y en la que suma 31 victorias. Y se marchará de la Columbia Británica con un oro y un bronce olímpicos, botín que pudo ser más amplio, pero que, lejos de admitir reproches, es impecable: a sus 25 años lo ha ganado todo.

Pero la corona en el deporte rey fue para su gran amiga y rival Riesch, natural de Garmisch, donde tiene instalado su cuartel europeo Lindsey, que fue de las primeras en felicitar a la flamante campeona, cuya familia 'soñó' durante unas horas con mayor gloria, cuando su hermana Susanne marcaba el cuarto mejor tiempo en la primera manga.

Los más optimistas de Baviera recordaron en esos instantes a los hermanos Mahre, Phil y Steve, que, encima, eran gemelos y que ganaron oro y plata para Estados Unidos en el eslalon de Sarajevo'84.

La gesta no era imposible: entre ambas hermanas había sólo dos corredores y la menor de las Riesch había esquiado a sólo seis centésimas de Marlies y a 31 de Zahrobska.

Pero Susanne se salió en la manga decisiva y Maria vivió en un instante la montaña rusa emocional de festejar el mayor éxito de su carrera y consolar en la meta a su hermana, inundada en lágrimas.

La ganadora declaró que lo tuvo fácil "porque ya tenía el oro", pero al mismo tiempo que mostró su alegría, afirmó sentirse triste por su hermana.

"Estaba muy triste y no paraba de llorar. En esos momentos es difícil sacar todas tus emociones para festejar el título olímpico", indicó la mayor de las hermanas Riesch.

"Lo siento mucho por ella y lo que le ha pasado es algo que baja un poco mi estado anímico. Era nuestro gran sueño, el poder estar las dos juntas en el podio.

Susanne lo dio todo por esta carrera, por eso está muy triste ahora", comentó la reina del deporte rey en los Juegos de Vancouver. "Con ésta ya tenemos tres medallas de oro (su compatriota Viktoria Rebensburg ganó la de gigante).

Guau, es algo tremendo", explicó Riesch, que se resarció de su ausencia, por lesión, en los Juegos de Turín, hace cuatro años, y que, a pesar del disgusto por la salida de pista de su hermana, pudo celebrar la victoria junto a sus padres.

"Para mí, ganar hoy resultó algo más fácil por el hecho de que ya tenía un oro, pero nunca sabes lo que puede suceder. No hay más que ver lo que le pasó a Susanne.

En cualquiera de los casos es bonito ganar y saber que mis padres pueden celebrar esta victoria conmigo aquí en Whistler es algo que dobla la alegría", explicó tras su victoria Maria Riesch.

La austríaca Elisabeth Goergl esquió relajada, con dos bronces en los bolsillos, y sus 1:44,97 fueron la primera referencia buena en el acto final.

Tuvieron que bajar otras quince antes de que la francesa Sandrine Aubert mejorara esa marca, en medio segundo. Goergl -séptima al final- fue superada en un puesto por la finesa Tanja Poutiainen; y Aubert -quinta- se clasificó una plaza por detrás de la sueca Maria Pietilae Holmner, que no salió del cajón hasta que efectuó su bajada su tocaya Riesch, que hoy se resarció de su ausencia, por lesión, de los Juegos de Turín, hace cuatro años.

Y si lo de la alemana tiene mérito, no es menor el de la austriaca Schild, que en octubre de 2008 se 'pulverizó' la tibia y el peroné izquierdos al accidentarse entrenando en Soelden (Tirol) y que culminó hoy una temporada increíble en la que ganó dos veces en Copa del Mundo, en Lienz y Flachau (asimismo en Austria), un año después de que muchos creyeran que debería dejar el esquí.

La novia de Benjamin Raich -uno de los favoritos en el eslalon de mañana- dio toda una exhibición de calidad y temple y lejos de conformarse con el tercer puesto que ocupaba tras la primera bajada, marcó el mejor tiempo en la segunda y ganó con enorme mérito su tercera medalla olímpica, después de las dos que se colgó al pecho en Sestriere (Italia), hace cuatro años.

Los noruegos arribaron a ese selecto grupo cuando Ole Einar Bjoerndalen hizo un brillante cierre y le dio a su país una medalla de oro en el biatlón de relevos y de paso se colgó su sexta medalla aurea.

Los noruegos marcharon por el recorrido del Parque Olímpico de Whistler en tiempo de una 1 hora, 21 minutos, 38.1 segundos ante una incesante nevada.

El austríaco Christoph Sumann superó al ruso Evgeny Ustyugov en el final para darle a su país la plata. Austria llegó a 38.6 segundos detrás de Noruega y Rusia 38.8.

Estados Unidos se colocó en posición de ganar otro oro cuando vencieron 6-1 a Finlandia en las semifinales del hockey para hombres. Los estadounidenses le marcaron en cuatro ocasiones a Miikka Kiprusoff antes de que el entrenador finlandés cambiara a su portero y ahora enfrentarán el domingo al ganador del encuentro entre Canadá y Eslovaquia.

Es la segunda ocasión en las pasadas tres olimpíadas en que los estadounidenses pelearán por un oro en el hockey olímpico, competencia que no ganan desde 1980 en Lake Placid, Nueva York.

 

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