En un gran cotejo en el que solamente se manifestó un equipo, la oncena de Real Madrid no tuvo piedad para ensañarse con su antagonista Starbrites al que sometió sin ninguna complicación siete tantos a cero.

El equipo de Real Madrid de hecho jugó de manera abierta y sin especulaciones, pues cada llegada de Starbrites la neutralizó sin contratiempos, para en base a velocidad hacer las anotaciones que a la postre le conllevarían a la captura de las tres unidades en disputa.

En otro duelo de esta fecha, el equipo de Black & Decker, pese a encontrarse con un adversario difícil, tuvo la paciencia necesaria para en un par de mortíferos contragolpes concretar dos tantos de oro ante la oncena de Deportivo Roma.

VUELVE A GANAR PANTERAS, Y ACECHA LIDERATO En un gran partido en el que no hubo objeción en torno a la identidad del ganador, el cuadro de Las Panteras por fin tuvo la capacidad de demostrarse como de los grandes de la Liga Angelical de Fútbol Femenil, al vencer por marcador de dos goles a cero a la escuadra Guerreras del Dragón en el campo Mitras localizado en la colonia Revolución Obrera.

Una presentación de primer nivel la ofrecida por las chicas de Las Panteras, quienes desde el arranque de la batalla se lanzaron hacia el frente buscando la cristalización de las anotaciones que les dieran la tranquilidad necesaria.

Y vaya que no tuvieron que esperar mucho tiempo, pues en el minuto uno de acción ya se encontraban arriba en los cartones mediante un certero cabezazo dentro del área grande que la arquera contraria no pudo detener.

Lejos de conformarse con esa ventaja parcial, el cuadro de Las Panteras siguió incisivo, lo que le dio la oportunidad de concluir la primera mitad con una cómoda ventaja de dos tantos a cero.

Para el segundo lapso, y con la moral por los suelos, la oncena de Guerreras del Dragón simplemente cambió su esquema persiguiendo no admitir más tantos, pero su esfuerzo le resultó infructuoso, dado que se encontró con un enemigo bien parado sobre la cancha.

En el tiempo restante, el cuadro de Las Panteras simplemente manejó la media cancha a su antojo, y casi al final de la batalla, se dio el lujo todavía de fallar lo que sería el tercero y definitivo de la entevista, aprovechando las enormes facilidades brindadas por su antagonista que ya a esas alturas lo único que deseaba era la conclusión de las acciones.