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Con clamor de "¡No más muerte ni explotación!" el papa cierra visita a México

El papa Francisco oficia una misa hoy, martes 16 de febrero de 2016, en la fronteriza Ciudad Juárez (México). Francisco celebró la misa en el área de la exferia de Ciudad Juárez, a tan sólo 80 metros de la frontera con Estados Unidos. EFE
Francisco pidió "el don de la conversión y el don de las lágrimas" para todos los que provocan estos sufrimientos.
miércoles, 17 de febrero de 2016
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Ciudad Juárez (México), 17 feb (EFE).-

Con el clamor de "¡No más muerte ni explotación!" durante una misa dedicada a migrantes y víctimas de violencia, el papa Francisco echó el cerrojo hoy a una visita llena de contenido a México, en la que tocó con sus mensajes a diversos sectores sociales.
Durante la misa, celebrada en Ciudad Juárez ante cientos de miles de personas a solo 80 metros de la frontera con Estados Unidos, el líder de la Iglesia católica denunció la "tragedia humana" de aquellos que se ven obligados a emigrar, "expulsados por la pobreza y la violencia".
En su camino en busca de mejores condiciones y oportunidades, encuentran "terribles injusticias; esclavizados, secuestrados, extorsionados, muchos hermanos nuestros son fruto del negocio del tráfico humano", dijo.
"¡Y qué decir de tantas mujeres a quienes se les ha arrebatado injustamente la vida!", añadió el pontífice, aludiendo a la ola de asesinatos que dieron triste fama a Ciudad Juárez en las últimas dos décadas.
Ante todas estas situaciones, Francisco pidió "el don de la conversión y el don de las lágrimas" para todos los que provocan estos sufrimientos.
Tras expresar su vehemente rechazo a la muerte y la explotación asociadas con la criminalidad, aseveró que "siempre hay tiempo de cambiar, siempre hay una salida y una oportunidad, siempre hay tiempo de implorar la misericordia del Padre".
Previamente, al visitar una prisión en la misma ciudad, dijo ante unos 700 reos que "el problema de la seguridad no se agota solamente encarcelando, sino que es un llamado a intervenir afrontando las causas estructurales y culturales de la inseguridad, que afectan a todo el entramado social".
Asimismo, los exhortó a luchar desde su reclusión por revertir las situaciones que generan exclusión.

"Hablen con los suyos, cuenten su experiencia, ayuden a frenar el círculo de la violencia y la exclusión", acotó.
Al concluir la escala en la cárcel y antes de celebrar misa, el papa tuvo un encuentro con organizaciones de trabajadores y representantes de cámaras y gremios empresariales.

A ellos les dijo que están unidos por la responsabilidad de crear espacios de trabajo digno, "especialmente para los jóvenes de esta tierra".
Señaló que "uno de los flagelos más grandes" a los que se ven expuestos los jóvenes es la falta de oportunidades de estudio y de trabajo, "lo que genera en muchos casos situaciones de pobreza", la cual "es el mejor caldo de cultivo para que caigan en el círculo del narcotráfico y de la violencia".
Citando su encíclica "Laudato si" sobre la defensa del medio ambiente, Francisco clamó contra la mentalidad que pone a las personas "al servicio del flujo de capitales, provocando en muchos casos la explotación de los empleados como si fueran objetos a usar y tirar".
"Dios pedirá cuenta a los esclavistas de nuestros días", advirtió el papa, y agregó que "hay que hacer todo lo posible para que estas situaciones no se produzcan más", exclamó.
En las jornadas previas de su visita, iniciada el 12 de febrero, el pontífice tuvo mensajes para otros sectores sociales, incluyendo a los políticos, los indígenas y los jóvenes.
Durante la misma ceremonia de bienvenida el presidente Enrique Peña Nieto le ofreció el 13 de febrero en el Palacio Nacional, el papa lanzó unos punzantes dardos contra políticos y funcionarios públicos.
"Cada vez que buscamos el camino del privilegio o beneficio de unos pocos en detrimento del bien de todos, tarde o temprano la vida en sociedad se vuelve terreno fértil para la corrupción, el narcotráfico, la exclusión de las culturas diferentes, la violencia e incluso el tráfico de personas, el secuestro y la muerte", afirmó.
El 15 de febrero, al celebrar misa con comunidades indígenas en San Cristóbal de las Casas, en el estado suroriental de Chiapas, les dijo que "de modo sistemático y estructural, sus pueblos han sido incomprendidos y excluidos de la sociedad".
"¡Qué tristeza! Qué bien nos haría a todos hacer un examen de conciencia y aprender a decir ¡Perdón! El mundo de hoy, despojado por la cultura del descarte, los necesita", añadió.
Pero acaso el mensaje con mayor resonancia de la visita fue el dirigido el 16 de febrero a los jóvenes en un estadio de Morelia, capital del suroccidental estado de Michoacán.
A ellos el líder católico les aseguró que "es mentira que la única forma de vivir, de poder ser joven, es dejando la vida en manos del narcotráfico o de todos aquellos que lo único que están haciendo es sembrar destrucción y muerte".
"Ustedes son la riqueza de este país; cuando duden de eso miren a Jesucristo, el que desmiente todos los intentos de hacerlos inútiles, o meros mercenarios de ambiciones ajenas", manifestó.
Ya en su mensaje de despedida este miércoles en Ciudad Juárez, Francisco agradeció "el cariño, la fiesta, la esperanza" con que lo acogieron los mexicanos, y terminó con un mensaje de aliento al país, asediado por la marginación de amplios sectores y la violencia del crimen organizado.
"La noche nos puede parecer enorme y muy oscura, pero en estos días he podido constatar que en este pueblo existen muchas luces que anuncian esperanza", acotó.

 

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